"¿Por qué estás aquí?"
Zoltan llegó caminando con una botella de licor en una mano.
Lazlo, que estaba apoyado contra la torre de vigilancia, volvió a mirar el sonido de la voz de Zoltan.
"Quería tomar un poco de aire fresco por la noche".
“¿Qué pasa con la novia?”
"..."
Con un rostro difícil de describir, cerró la boca.
Zoltan supuestamente interpretó el silencio y le dio una palmada en el hombro.
“¿Dijo que se mordería la lengua si le pusieras un dedo encima?”
"No."
Más bien fue todo lo contrario.
Se echó a reír al pensar en cómo la princesa tocaba su pecho primero, o cómo sus manos se movían para quitarle la ropa y lo conducían a la cama.
"Si no, ¿por qué el novio anda así?"
"Una mañana la colocaron en un lugar desconocido y se casó con un hombre que nunca había visto antes. Le estoy dando algo de tiempo para adaptarse".
"¿No es de eso de lo que se tratan los matrimonios reales?"
Zoltan tomó un trago de la botella que llevaba.
Lazlo simplemente se rió ante la pregunta de su hermano.
“Sir Beller ha vuelto. Hermano(*)”
"¿Que dijo el?"
"Escuché que la salud del rey se ha deteriorado dramáticamente y que apenas respira. Dicen que fue el príncipe Sebastián quien presionó para que se casara su hermana, no el rey".
Añadió sigilosamente.
"Ya Veo"
Sin contar a Sebastián, sólo Chavolti y Agnes tienen derecho a suceder al rey. Sin embargo, hace unos años, el príncipe Chavolti se cayó y quedó gravemente lisiado en una pierna.
Inés, la princesa más joven, había abandonado palacio por matrimonio, por lo que parece casi confirmado que quien heredará el trono es el príncipe Sebastián.
"Supongo que la atmósfera en el palacio se está volviendo inusual".
No había nadie alrededor, pero Zoltan continuó hablando en voz baja.
“El príncipe está envenenando al rey. Me temo que corre un rumor como ese”.
"Bueno, no se puede evitar".
Laslo recordó el rostro del Príncipe Sebastián. Aunque parecía brillante por fuera, uno no podía decir lo que estaba pasando por dentro, era un tipo astuto y desagradable.
