𝐂𝐮𝐚𝐭𝐫𝐨

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Mi vista se nublaba debido a la sobre excitacion que Jungkook me provocaba, mi clitoris estaba siendo cruelmente maltratado por él, todo se debía a él.
¿Debería culparlo? Creo que si. Debía culparlo por dejar mis pezones rojizos y sensibles, debía culparlo por dejar mis glúteos marcados por sus manos, debía culparlo por las marcas que había dejado en mi cuello.

Ahora mismo él se encontraba encima de mí, arrodillado, moviendo su cadera con un vaivén intenso, frotando su glande contra mi húmedo y palpitante clitoris, haciéndome sufrir, envuelta en gemidos.

Volvía a notar cómo sus músculos cumplían el papel en el proceso, siendo adornados por una capa de sudor, al igual que mi piel.

Habíamos permanecido así por un par de minutos, logrando sacarme él segundo orgasmo, y él, a penas se acercaba a su primer orgasmo.

- Mierda, Jiwoon. -gruñó entre dientes, arrugando su nariz. Sabía que estaba a punto de venirse pues sus movimientos aumentaron, el sonido de sus testículos contra mis glúteos era digno de admirar, su glande no hacía más que mojarse, mezclandose con mis fluidos. Su orgasmo fue igual de escandaloso que el mío, había llegado a manchar mi pelvis y parte de mi estómago con su semen, se venía en gran cantidad, gimiendo en el proceso de forma gurutal.

Su respiración era igual de agitada que la mía, se detuvo y se incorporó retomando el aliento, mientras echaba su cabello hacia atrás, logrando un peinado diferente, uno que nunca había visto el cual me encantó.

- Me gusta como te ves así.

Me sonrió, pude notar que mi halago logró hacerlo sonrojar.

- Oh, déjame te ayudo con eso. -no sabía a lo que se refería, se levantó de la cama y caminó hacia el baño, luego regresó con papel y se dedicó a limpiarme. Ah, era eso.

¿Había terminado todo? Fue lo único que me pregunte a mi misma, no habíamos tenido sexo en realidad.

Me limpió con delicadeza, desde mis pechos hasta mi entre pierna, limpiando también mis fluidos.
Después de haber botado los papeles se acercó a mi, recostandose a mi lado, me inspeccionó un poco, analizando mis facciones apoyando su cabeza sobre su mano, luego soltó una pequeña risa al ver mi puchero.

- Sé que quieres más, dulzura. Pero tuviste dos orgasmos, Jiwoon, ambos muy severos. Necesitas descansar. -volvió a acariciar mi mejilla intentando convencerme.

Tal vez tenía razón, estaba cansada, sentía mis ojos pesados y mis piernas hormigueaban, pero aún así, no tenía suficiente con eso.

- Pensé que íbamos a...

- Pronto, preciosa. -me interrumpió dejando un pequeño beso sobre mis labios- Créeme, yo también muero por coger contigo y hacerte mía, pero no me gustaría que mañana amanezcas sin caminar.

Cuanto ego.

Aunque, ¿Eso podía ser posible?

Se acomodó bajo las cobijas y me cubrió a mi también con las mismas, me recosté entre sus brazos, cómoda con la calor de su cuerpo y el suave olor de su piel. Sus caricias en mi cabeza me hicieron adormilarme, tanto que en menos de un minuto ya había caído profunda sobre su pecho.

...

Escuché su voz, hablaba algo fuerte, como si estuviera discutiendo. Abrí mis ojos con dificultad intentando divisarlo, y con mi vista borrosa lo vi de pie, frente a la ventana dándome la espalda aún desnudo entablaba una conversación por celular. Bueno, no una conversación pacífica pues se le veía enojado. Supuse que se trataba de trabajo así que decidí cerrar mis ojos intentando reponer el sueño tan placentero, si bien seguía ligeramente cansada así que no me fue difícil quedar nuevamente profunda.

𝐌𝐚𝐬𝐤 | j.jk Donde viven las historias. Descúbrelo ahora