¦ opposites attract

03

Lukas nunca tuvo la oportunidad de pelear por si solo, siempre necesito de mas personas, como en el vóley. No es una persona que tenga mucho salto o mucha altura pero al contrario de otras personas, siempre tiene que tener actitud. Tiene que poder tener un carácter fuerte cuando se lo necesite y tiene que poder hacer que nadie se deprima, pero siempre el tiene que estar bien, siempre tiene que sonreír y no bajar la cabeza, tiene que consolar a todos y hacerlos sentir confiados, pero ¿Quién hará lo mismo por el? ¿Quién se preocupara cuando este mal? Quién se fijara que no lastime así mismo? ¿Quién estará para el cuando lo necesite?, la respuesta es fácil para el, nadie lo esta ni tampoco lo estará, por que "Lukas todo lo puede", una estupidez si se lo preguntaran, pero todo el mundo lo cree y tiene que demostrárselo, aun que por dentro este muriendo lentamente.

- Che Lukas, ¿Le puedes inventar una excusa al entrenador del por que no fui? Es que tengo una cita con una chica muy linda y no puedo cancelarlo - Y ahí estaba otra vez, siempre recaen en el para que los salve.

- Claro, no te preocupes - Con su sonrisa forzada se fue, dejando solo a su compañero, llegaría tarde al entrenamiento.

El entrenar era lo único que lo hacia sentir vivo, el tener que correr para salvar una pelota, el tener que tirarse a defender o el hecho de sobre exigirse a el punto de no sentir las piernas, eso lo hacia sentir vivo, como si nada estuviera pasando, como si el estuviera bien pero si te fijabas en el, si se dieran el tiempo de observarlo se darían cuenta que nada es como lo parece, que tarde o temprano va a desaparecer, pero que mas da, si es Lukas y siempre esta bien, pase lo que pase esta, el esta bien.

Llego al gimnasio unos minutos tarde, por lo que su entrenador, Enzo, lo mando a dar vueltas. Alan se intento acercar a el para preguntarle por había llegado tarde pero el simplemente se alejaba, no quería hablar con el por que terminaría llorando y no quería que nadie lo vea de esa forma, no por ahora. Una mano se poso en su muñeca, le dolía y mucho pero no iba a quejarse, tarde o temprano lo iba a soltar.

- ¿Qué mierda te pasa? Desde que llegaste estas raro - ¿Qué le iba a decir? ¿Qué esta harto de que todos lo usen para salvarse? ¿Qué esta harto de que nadie lo entiendan? ¿Qué esta harto de no poder luchar solo? ¿Qué le iba a decir? y ¿Por donde empezaba? - Esta bien si no quieres hablar ahora pero después del entrenamiento vamos hablar y si eso implica seguirte hasta tu casa, lo hare - Entendía que no se iba a librar de la charla pero por que le daba tanto miedo hablar, ¿Sera por miedo a lo que le diga Alan cuando le cuente todo? o ¿Sera por que no quiere que lo trate de loco? o ¿Por que es muy temprano para despedirse?.

El entrenamiento paso rápido, lastimosamente para Lukas, apenas salió del gimnasio se encontró con Alan esperándolo, no le sorprendió, de todas formas, iban a tener esa charla, hubiese rogado y rezado pero de todas formas iba a suceder, no tenia por que huir, el lo iba a seguir, cueste lo que cueste. Frenaron en una plaza que estaba cerca del gimnasio, no había a nadie en el lugar, por el hecho de que eran las 9 p.m, nadie estaría en esa plaza a esa hora, mejor para ellos, aun que de todas formas era incomodo, Lukas no quería verlo a la cara y Alan estaba esperando que el hablara, tenia toda la noche para eso.

- Estoy cansado Alan, estoy cansado de que la gente venga a mi para deshojarse o para salvarse, no es de mala persona pero ¿Cuántas de esas personas hacen lo mismo por mi? Ninguna, por que todos, pero todos me utilizan y ya no me gusta, es lindo ayudar a la gente pero ya es demasiado - Quería llorar, quería poder hacer las cosas bien pero era muy tarde para hacerlo.

- Tranquilo, si quieres llorar hazlo, no te voy a decir nada - Y esa fue la gota que derramo el vaso, las lagrimas caían sin parar de sus ojos, de verdad lo necesitaba y agradecía que Alan le diera la seguridad de hacerlo sin que le digieran nada al respecto - La mejor forma de hacer que dejen de usarte es simplemente diciéndoles que no, metiéndole excusas o simplemente diciéndoles que estas harto de hacerles favores y listo, seguro se enojaran contigo pero que mas da, no son nadie en tu vida, no los tienes que considerar amigos - Agradecía tenerlo a el en este momento, era una gran persona, ojala nunca cambie.

Luego de eso siguieron hablando hasta que se despidieran y cada uno tomo un camino distinto, pero ahora ambos volvían sonriendo, uno por poder ayudar a uno de sus amigos y otro por poder deshojarse con alguien, sin duda le debía un gran favor, luego se lo devolvería. Su teléfono vibró mostrando una notificación de Instagram "Nicolás.Iturriaga a arrancado a seguirte", por curiosidad entro a su perfil, viendo que era de su mismo instituto solo que un año mayor, era lindo, muy lindo para su gusto, por lo que era una buena razón para seguirlo.