Capítulo 4: Nuevas Dinámicas

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El día esperado llegó. Willa y Delphine regresaron a casa, trayendo consigo risas y la energía vivaz que solo los niños pequeños pueden aportar. Joe se emocionó al verlas, sintiendo cómo su corazón se llenaba de alegría y nostalgia. Las abrazó con fuerza, dejando que sus risas resonaran en las paredes vacías de la casa.

—¡Papá! ¡Mira lo que traje! —gritó Willa, levantando un juguete nuevo.

—¡Es increíble, W! —respondió Joe, sintiéndose el padre más afortunado del mundo. Sin embargo, detrás de esa alegría, se sentía un ligero nerviosismo. Ahora, la realidad de ser un padre soltero a tiempo completo se cernía sobre él.

Las niñas, después de explorar la casa y redescubrir sus juguetes, se lanzaron a la cocina donde Joe había preparado galletas. Mientras la harina y el chocolate se esparcían por el suelo, Joe sonrió, agradecido por tenerlas de vuelta.

Sin embargo, la rutina diaria presentó sus propios desafíos. Las noches de insomnio eran frecuentes; Willa tenía pesadillas y Delphine, aunque más tranquila, demandaba atención constante. Joe se encontraba en la sala, sus ojos pesados de cansancio, mientras trataba de lidiar con las crisis emocionales de sus hijas.

Una noche, mientras intentaba leer un cuento antes de dormir, Willa comenzó a llorar.

—No quiero que te vayas otra vez, papá. —sus ojos brillaban con lágrimas.

Joe la abrazó, su corazón roto. —No voy a irme a ninguna parte, W. Siempre estaré aquí. Solo necesito un poco de tiempo para adaptarme, ¿vale?

—¿Y mamá? —preguntó Delphine, su voz pequeña llena de incertidumbre.

Joe tomó un respiro profundo. —Tu mamá también está aquí. Vamos a aprender a vivir todos juntos de una nueva manera.

Esa semana, Joe se encontró con Sophie en el parque durante una de las visitas programadas. El aire estaba tenso, lleno de recuerdos de lo que habían compartido. Sophie, con su cabello despeinado por el viento, lo miró con una mezcla de nostalgia y tristeza.

—Hola, Joe. —saludó, intentando sonar casual.

—Hola, Sophie. —respondió él, sintiendo el nudo en el estómago. —Las niñas están bien. Están emocionadas de verte.

Sophie sonrió débilmente, luego miró a las niñas jugando. —He estado pensando... quizás deberíamos hablar sobre cómo manejar esto. Para las niñas.

Joe asintió. —Sí, creo que sería lo mejor. La co-parentalidad no será fácil, pero tenemos que hacer lo correcto por ellas.

—A veces me siento mal por lo que pasó. Quiero que sepas que siempre querré lo mejor para ellas. —susurró Sophie, su voz temblando.

Joe sintió una punzada de dolor, pero también una chispa de comprensión. —Lo sé, Sophie. Pero necesitamos ser claros sobre los límites. Esto no es solo sobre nosotros, es por ellas.

El diálogo fue un pequeño paso, pero Joe sintió que, de alguna manera, estaban comenzando a reconectarse. A medida que los días pasaban, él se sumergió en la rutina de ser padre soltero. A pesar de los desafíos, comenzó a encontrar alegría en los momentos simples: los desayunos en la mesa, las historias contadas antes de dormir y las risas compartidas en el parque.

La conexión con TN seguía siendo una fuente de apoyo. Cada noche, después de que las niñas se dormían, Joe le enviaba mensajes.

—Hoy fue un día difícil, —escribió una noche. —Las niñas están lidiando con la separación y yo, con la paternidad en solitario.

TN respondió rápidamente. —Es normal sentirse así. Estás haciendo un gran trabajo, Joe. A veces, la vulnerabilidad es la verdadera fortaleza.

Joe sonrió, sintiendo la calidez de su apoyo. A medida que las semanas avanzaban, su relación con TN se profundizaba. Hablaban de todo: sueños, miedos y el futuro. Su conexión era refrescante y, a veces, casi terapéutica.

Padre Soltero (Joe Jonas y TN)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora