Capítulo 48

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Madelyn

El quedar en la casa de los padres de Darren a la mañana siguiente para esperarlo, no salió como lo pensé, porque las llamadas y los mensajes constantes desde mi celular hicieron que despertara incluso antes de que sonase la alarma. «Si tan solo hubiese puesto no molestar». Tuve que apresurarme en cuanto supe de qué iban todas esas insistencias, y, apenas al darle las gracias a las dos personas que me acogieron la noche anterior, cogí un taxi y fui al lugar en el cual me estaban citando.

Tan sólo esperaba que no sea nada grave, no podría tolerar algo más a la lista de lo que ocurría en estos días, sobre todo cuando se trata de mi familia. Había avisado a Darren de que no me encontraría con él apenas esté al tanto de lo que estaba sucediendo, y me respondió que le avisara cualquier cosa si iba a necesitar más que su apoyo. En cierta parte, no podía dejar de lado la preocupación que sentía respecto a la situación del mensaje que recibí aquel día, sé que él haría todo lo posible para dejar las cosas en calma, buscar una solución, sin siquiera demostrar alguna mínima expresión de que eso le afectaba.

Darren podía llegar a ser la persona más tranquila que llegué a conocer. Era como si cuando hablabas con él, te analizaba de una forma que, te daban ganas de meterte en su cabeza y enterarte de lo que ocurría entre sus pensamientos. Sin embargo, contaba con que ahora sí estaría dispuesto a hablarme de más cosas, después de todo, todo lo que vivió alguna vez ya estaba a salvo conmigo.

Cuando bajé del auto, me apresuré en ir hasta la entrada, y, en apenas llamé a través del timbre, la puerta se abrió, dejándome ver a Joe con una expresión... ¿aburrida? No, más bien era una de que también le sorprendía mi presencia. Me acerqué a mi hermano, y coloqué su mentón entre mis dedos, de manera a echar un vistazo a todo su rostro. Traía consigo una tirita al costado de una de sus cejas, la mejilla ligeramente enrojecida, y la comisura del labio casi al punto de haberse roto. Bajé la mano, y di un paso atrás, para examinarlo mejor, sus codos también estaban raspados, quitando el hecho de que había varias costras en ellos.

ㅡ¿Puedo saber qué te pasó?

Él se encogió de hombros, apartándose de la puerta para dejarme pasar. El olor clásico y agradable de la casa de mis abuelos nunca desaparecía, era por ello, el sentir acogedor al estar aquí.

ㅡCon que no te hayas metido en una pelea está todo bien. ㅡMiré hacia la sala cuando escuché algunas risas provenientes de ahí. Joe me indicó con la mano para ir en esa dirección cuando volví hacia él.

Al ingresar en la sala de estar, tanto mis abuelos como Allyson con Ellie ㅡsu hija y mi sobrina, en su regazoㅡ, voltearon a verme. Con esto me di cuenta de que quizá no era nada grave, más bien, era algún plan por parte del abuelo Declan, después de todo fueron sus mensajes que tuvieron la osadía de irrumpir mi mañana. Avancé para saludarlos, dando un abrazo a cada uno.

Fui a sentarme entremedio de mis dos hermanos, dada la casualidad de que el sofá alcanzaba para nosotros tres. Mis abuelos quedaron al frente, y me mantuve observándolos. Al principio era una conversación que, era sólo para esperar a que nuestra abuela nos ofreciera el desayuno, y no pude quejarme de ello. Le sonreí a Ellie cuando cogió uno de mis dedos. Dios, por más que tenía algunos rasgos de mi hermana, el de William era mucho más. Por lo menos obtuvo los colores claros en sus ojos, y eso resultó ser porque sus padres lo tenían así. Era como el verde característico de los Baker. «¿Cómo saldría si tuviese uno con Darren?». No. Madelyn. Definitivamente. No. Sácate de la cabeza. ¡Por favor! ¡¿Qué carajos estoy pensando?!

ㅡ¿El café está muy caliente, Madelyn?

Miré a mi abuela cuando vio que comencé a sacudir la cabeza al intentar sacarme semejante idea, incluyendo que las mejillas me ardían. Le mostré una risita, dándole a entender que no pasaba nada. Pero sí pasaba. Mis pensamientos no eran conscientes de lo que mencioné para mí hace unos instantes.

El Sazón de la Moda©Donde viven las historias. Descúbrelo ahora