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EVANGELINE JOHNSON, o Evi, como le gustaba llamarle Percy, era en todo el significado de la palabra un sol. Al ser hija de Apolo eso tenía algo de sentido.
Su vida era demasiado monótona, mas que la de cualquier otro niño.
Estudiaba en casa, por lo cual prácticamente no salía de su casa, tampoco tenía ningún amigo, pues la mayoría de niños hacen amigos en la escuela y bueno, ella no iba a ninguna. Su única amiga era su madre, que gracias a su aislamiento del mundo se había convertido en su mejor amiga. Pero el sobreprotegismo de su madre le parecía algo excesivo, pero siempre que se lo decía tenía la misma respuesta; "Es por tu propio bien Evangeline, cuando seas mayor me lo agradecerás ", mas nunca fue así.
Tenía una maestra, Poetra McWall. Era alta y bastante delgada, la niña a veces decía que parecía Slenderman, siempre iba con una chaqueta de cuero muy pegada a su cuerpo y era morena. Ella era la cual todas las mañanas la cuidaba y daba clase mientras su madre iba a trabajar
Pero una tarde su madre la invitó a comer, era el cumpleaños número 7 de Evangeline y la madre de esta pensaba que era buena idea el invitarla a comer para que no estuvieran solas otro cumpleaños.
Poetra llegó esa tarde a las 18:00, como habia acordado con la madre de la chica. Todo iba genial, su maestra le dio su regalo y comieron pastel, todo iba perfectamente bien, hasta que la madre de Evangeline se levanto para ir al baño.
La supuesta niñera y maestra se giro hacia la niña; de su espalda salieron dos alas gigantes, lo que antes eran sus uñas ahora eran garras y de repente se habia convertido en un monstruo muy feo de ver.
Evangeline se quedo muda, estaba demasiado asustada para reaccionar, pero el grito de su madre le hizo hacerlo. Tanto su madre como ella estaban aterradas, pero la mas mayor actuó rápido sacando a su hija y a ella de ahí. En ese momento, la madre estaba rezando a cualquier Dios que la escuchara que llevara a su hija a salvo a su nuevo hogar. Agradeció vivir tan cerca de donde se encontraba aquel sitio, pues no sabría que hacer ya que no tenía coche.
Las dos mujeres eran perseguidas por aquella furia y un perro del infierno que se habia sumado hacia un rato. Evangeline estaba tan aterrada que solo podía esconderse en el cuello de su madre, quien la llevaba cargando. El sol se había ido y fue substituido por una tormenta que azotó contra la madre e hija.
Cuando ya estaban en límite, cuando podrían haberse salvado las dos, el perro del infierno logró alcanzar a morder el pie de la madre. En un acto desesperado, esta tiró a su hija para adelante, y aunque Evangeline se golpeo bastante fuerte, gracias a la adrenalina no pudo sentir ningún tipo de dolor.
Veía borroso y se estaba quedando inconsciente de apoco, lo único que la mantenía despierta era el ver a su madre siendo asesinada por aquel monstruo.
La furia se acercaba cada vez mas, mientras tanto, la castaña ya estaba casi desmayada. Pero paso algo que hasta después no pudo explicar, de entre las nubes el sol se hizo presente, enviando rayos como flechas a aquel ser malvado con la misión de matar a la pequeña, y como arena de la playa se disolvió en el aire. Y justo cuando todas las cenizas fueran llevadas por la brisa, el sol se volvió a esconder y un dolor punzante se instaló en su cabeza, se desmayó.
