Parte 2.
Le regalo una última sonrisa. Me incorporo y a punto de que girar, mantiene cautiva mi muñeca.
— ¿Puedes quedarte un poco más?, por favor.
Ruega con una mirada que detiene mi respiración. Su voz, tratando de explicarse mejor, provoca mi reacción:
— Hoy atraparé a ese pequeño ladrón, y m-me encantaría que estuvieras aquí para presenciarlo. ¿Recuerdas que también querías estar presente?
Ay no..., ¡lo dije!
— Oh, ah-ah, es verdad.
Willy se pone de pié con éxtasis resplandeciente.
— E-entonces, ¿sí te quedarás?
Trago con fuerza y concedo una leve inclinación de cabeza. Me estremezco ante la sola idea de permanecer en su habitación hasta una hora incierta, aguardando la aparición de ese enigmático ladrón, sin contar que estoy retando la suerte de que alguno de esos dos verdugos aparezca y note mi ausencia en mi propia habitación…
En realidad..., ahora que lo analizo, me resulta indiferente y me importa un bledo. Estar junto a Willy es la mejor parte de mis días; adoro la energía que transmite con su carisma, las anécdotas que comparte, su sonrisa vibrante y esos dulces ojos soñadores.
Pueden castigarme en ese dichoso armario, pero no me voy a encerrar en el aburrimiento de mis cuatro paredes y esperar a que el grandulon venga para llevarme a otro horrible día en la cocina.
Miro hacía el joven, que espera ansioso mi respuesta.
— Encantada de hacerte compañía y conocer a ese pequeño caballero.— digo con seguridad.
Sus ojos brillan con aprecio, como si mis palabras hubieran iluminado su día. Agradece con un asentimiento de cabeza.
— Sé que estás muy cansada, así que
Se levanta, ubicándose junto a su cama
— Podemos, ¡quiero decir!, puedes... quedarte en mi cama.
Me quedo ahí, reprimiendo una risa, pero mi expresión cambia cuando se aproxima a mí y me guía delicadamente hacia ella. Sin embargo, no me parece apropiado que me ceda su cama.
ESTÁS LEYENDO
The Sweetest Secret (Willy Wonka y tú) (EN PAUSA)
General Fiction-Mi secreto es, que te amo.