Capítulo 23

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Sumerjo un paño en el cuenco con agua, lo escurro y lo pasar por mi mejilla, frotando en círculos minuciosos para quitar la tierra

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Sumerjo un paño en el cuenco con agua, lo escurro y lo pasar por mi mejilla, frotando en círculos minuciosos para quitar la tierra. La puerta se abre y Noodle aparece, entrando a la cocina.

— ¡___! —  corre hacia mí, rodeandome con sus brazos — Estabamos preocupados, no te habíamos visto desde ayer. ¿Dónde est-

Modera su habla al percatarse de mi rostro y mi vestimenta impregnada de suciedad

— Te confinó en el armario...— plantea con seguridad

Inmediatamente me siento dolida al imaginar cuántas veces la ha encerrado en ese terrible lugar, como para conocer las condiciones en las que se termina estando allí

—¡Es una-

— Tranquila — me agacho a su altura y la tomo por los brazos con suavidad.

— ¿Qué pasó? — pregunta

— Está mañana llegó nueva huésped, así que Fregoso fué por mi para hacerme atenderla. Intenté advertirle a la chica sobre las artimañas de este par pero la bruja me atrapó a punto de decirle; ya sabes, una vez fuera de la vista de la huésped, me trató como un costal.

— ¡Claro!, Willy nos contó sobre ella.— muestro una corta sonrisa que se siente amarga ante esas palabras.

Prefiero girarme para continúar con la limpieza en mi rostro.

— ¿En serio...? —mi pregunta destila mi incomodidad.

— Sí, dijo que posiblemente le hará lo mismo que a todos aquí, y eso es evidente.

En silencio, reflexiono, analizando que tal vez por eso Willy se fué en dirección opuesta con expresión pensativa. Pero eso no cambia el hecho de que me olvidó por completo.

— Te estuvo buscando.

Salgo de mi mente mirándola de golpe.

— Claro..., buscándome.

— ¿Ah? —ladea la cabeza confundida.

— Nada, pequeña. Dale las gracias por buscarme. Enseguida te daré la avena para que les lleves

Noodle me toma de la muñeca y me obliga a mirarla.

— No, no, primero me dirás qué sucede, porque aquí hay algo que no me dices.

Suspiro rendida.

— Sí, ví a Willy buscándome. Estuvo en el pasillo de los huéspedes.

— ¿Y... qué sucedió?

— Bueno —froto mis manos en el delantal, considerando si decirlo y como hacerlo sin sonar como una celosa; claramente he de admitirme que es así. — Se topó con la señorita Lopelia y después de hablar un poco con ella, la señorita tuvo que marchaese, y él... se fué.

The Sweetest Secret (Willy Wonka y tú) (EN PAUSA)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora