VI

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Audrey se encontraba en su cuarto luego de una larga mañana

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Audrey se encontraba en su cuarto luego de una larga mañana. Se había despertado temprano como solía hacer y había ido a ayudar a la Iglesia donde su padre trabajaba.

Ya en casa, se ocupaba de las tareas del hogar, como limpiar, ordenar y cocinar.
Vivía en una pequeña pero cómoda casa, cerca de la Iglesia, junto a su padre. Debido al arduo trabajo de su progenitor, trataba de ayudarlo en todas esas tareas, además de ayudarlo en su trabajo, hacer recados, estudiar y por supuesto, tener tiempo libre para leer. Sin duda su parte favorita.

La muchacha no tenía amigos. Claramente conocía a gente de su edad, pero no era de salir mucho de su casa y tampoco tenía tiempo suficiente. Añadiendo que su padre no tenía una buena imagen de los jóvenes hoy en día, lo último que quería era que su hija se metiera en donde no debía. La tenía bien "controlada", según el.

Pero últimamente, cierto chico estaba cambiando su rutina.

Mismo chico que se encontraba fuera de su casa en aquel momento.

Jean no tenía las hagallas de tocar la puerta de la casa Sinclair, temia encontrarse con el padre de la chica. Aunque podría presentarse formalmente y dejarle claro que no era un mal chico como  seguramente el hombre pensaba.

Pero aunque se tratara de un sacerdote, a Jean le asustaba lo fría que era su mirada.   Sentía que si lo tenía de frente, le iba a remover el estómago.

De pronto la puerta se abrió, y Jean juro sentir como se le paró el corazón.

Pero felizmente no de trataba del señor Sinclair, si no de su hermosa hija.

— ¿Jean?— pregunto sorprendida al verlo al frente de su puerta.

— Buenas tardes Audrey.— trato de sonreír.— Me da gusto verte.—

La chica sonrió.

— A mí también. ¿Que haces aquí?—

— Estaba buscándote. Quería salir contigo.—

— ¿En.. serio?¿Ahora?—

— Si estás ocupada...podría ser otro día.— dijo rápidamente.—

𝗟𝗢𝗩𝗘 𝗦𝗧𝗢𝗥𝗬┃𝗃𝖾an kirschtein Donde viven las historias. Descúbrelo ahora