𝑭𝒂𝒍𝒍 𝑰𝒏 𝑳𝒐𝒗𝒆 ✾ {Sahyo} G!p

Quince✾

Dos días después, Sana había esperado lo suficiente antes de preguntar si cualquiera de las jovencitas no estaban dispuestas a realizar un intento de reconciliación, ya sería tiempo de que ellas intervengan un poco, pensó.

—¿Qué tal te fue hoy en la escuela? —preguntó Sana el miércoles por la noche, mientras cenaban. 

Sullyoon se encogió de hombros.

—Bien, supongo.

Sana se dio su tiempo para comer la ensalada, fijando su atención en el plato y no en su hija.

—¿Qué calificación obtuviste en la tarea de matemáticas en que te ayude?

Sullyoon alzó los ojos al techo.

—Bien aunque...

—¿Cómo? ¿No estaban correctas las soluciones?

—Las respuestas estaban bien, pero la profesora dijo que las ecuaciones ya no se resuelven así, mami...

—Oh... lo siento. —Murmuró la omega, perturbada.

—Otros padres cometieron el mismo error.

Era un consuelo, pensó Sana con ironía. 

—Muchos de nosotros lo hicimos mal. Incluso Hae.

—Entonces, ¿viste a Haewonnie hoy? —Agradeció que Sullyoon la hubiera nombrado por sí misma.

—No podía dejar de verla. Su pupitre está en la fila junto a la mía. Pero sí estás pensando lo que creo que piensas, olvídalo. No necesito una amiga como Park Haewon.

Sana no hizo ningún comentario, aunque prácticamente tuvo que morderse la lengua y detener los impulsos de su loba gruñona. Se preguntó cómo se las estaría arreglando Jihyo con ese asunto. 

Mantenerse al margen de la discordia entre las niñas estaba resultando cada vez más difícil. Era evidente que Sullyoon se sentía muy triste sin su amiga, pero comentarlo resultaría contraproducente, su hija tenía que reconocerlo por sí sola.

El teléfono sonó cuando Sana estaba terminando de lavar los platos sucios de la cena y Sullyoon estaba en el cuarto de baño, de modo que la japonesa pudo tomar la llamada.

—¿Si, diga? —Habló de inmediato.

—¿Sana-ssi? —Habló la alfa, arrancándole una sonrisa casi que de inmediato.

—¡Unnie! —Respondió la omega, con más alivio del que quería reconocer.

—Hola omega, no sabes como te extrañé. —Soltó la pelicorta con una sonrisa —¿Cómo va todo con Sullyoon? —preguntó del otro lado de la línea.

El corazón de Sana se hinchó de emoción. No hablaba con ella desde el lunes y le parecía como si hubieran pasado meses sin escuchar su voz.

—Las cosas no van muy bien... —Susurró ella, preocupada —¿Y contigo, qué tal está la situación con Hae?

—No mucho mejor. ¿Sabías que Sullyoon tuvo la osadía de almorzar con Liz hoy? En caso de que no lo sepas, Liz es la peor enemiga de Haewon. —La pelicorta no pudo evitar reír, pues no podían estar conversando de modo serio sobre la problemática de unas niñas.

—¿Liz? —Apenas podía creer lo que oía —Pero a Yoona ni siquiera le simpatiza esa niña...

—Ojalá que nuestras hijas se apresuren a reconciliarse —Habló, ansiosa —Sana-ssi francamente, te echo mucho de menos, necesito de tí.

—Sólo han pasado dos días cariño —Repuso, sonriéndose, y ahí estaba de nuevo esa sensación adolescente, pero debió morderse la lengua. A ella también le había parecido una eternidad ese breve lapso de tiempo.