podre encajar?

Capitulo III

"mhm, porque los demás cachorros, no se acercan a mi." pregunto una pequeña y desconcertada cría de huna.

nuestro pequeño humano no sabía porque los demás cachorros no querían jugar con él, por alguna razón siempre se alejaban de él o simplemente gritaban de miedo por estar muy cerca de él o que los tocara.

"Samuel," el pequeño huna se dio la vuelta para ver a la madre Erika, lo estaba llamando.

Nuestro huna, ahora conocido como Samuel, se paró del césped del patio y corrió rápidamente hacia quien llamaba su nombre.

"madre," habló nuestro pequeño Samuel. "me estabas llamando," el pequeño tenía los ojos brillantes.

no lo solían llamar o incluso mencionar su nombre. siempre era apartado por todos, incluso por el resto de cuidadores.

algo que entendería más adelante el porque todos lo evitaban.

"o mi pequeño, no quieres ir a dentro a comer." preguntó la madre Erika.

Samuel no suele comer con los demás crías del orfanato, para la gran mayoría le era incomodo comer a su alrededor, aunque no era su culpa, no del todo al menos.

"Hay pescado o pollo," preguntó el pequeño Samuel, hace tiempo que no comía algo de carne.

su vientre siempre se quejaba después de comer, así que el pequeño siempre tenía una canasta de frutas consigo para comer durante el día, por sorprendente que suene, al pequeño huna no se le notaba la subida de peso, siempre tenía un abdomen plano, solo se hinchaba cuando comía en grandes cantidades.

pero a los minutos u horas, ese vientre abultado se aplanaba, también era sorprendente su velocidad y fuerza física.

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los médicos todavía no podían comprender el porqué de estas características, para la gestión de la comida se lo acreditaban a su metabolismo, aunque este en sí mismo era extraño.

uno creería que comer mucho generaría defecar más de lo normal, pero no. el pequeño huna no iba al baño todo los días a defecar, por sorprendente que parezca, aunque los médicos le preguntarán o analizaran sus heces, se encontraba una gran falta de material orgánico de su excremento.

era como si su cuerpo tomara, todo de lo que ingería, y simplemente desechara lo que no podía procesar.

y a medida que pasaban los años. tampoco se habían reportado más casos de abandono sin resolver.

todos los que llegaron después de Samuel eran como un juego de investigación sencillo, caso contrario al caso de Samuel.

prácticamente todo lo que tenía de él era gracias a la canasta que tenía cuando llegó al orfanato Kingdong.

había una nota, pero estaba dañada por la lluvia, lo único que pudieron sacar fueron unas pocas palabras, 'huna', aunque se creía que había mas en la palabra, pero la humedad no dejaba ver mas, otra palabra fue Samuel, era un nombre, o eso creen los de inteligencia en el cuartel de la ZPD.

habían otras palabras, pero estaban demasiado corroídas por la humedad para descubrir que decían.

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"Tienes suerte, hoy por la mañana llego tu ración de carne." la madre Erika se agacho para agarrar al pequeño Samuel en brazos.

Era extraño, a ella no se le veía tan afectada por la cría, era como si su instinto ignorará todas las advertencias que le daba y solo se dedicara en proteger a la cría.