𝑪𝒂𝒑𝒊𝒕𝒖𝒍𝒐 2

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En la cúspide del majestuoso castillo, tres enigmáticos hombres ascendían con extrema cautela, esforzándose por no ser detectados, trepaban con gran agilidad hasta llegar al punto más alto de aquel imponente y majestuoso castillo. En lo alto del castillo erguía un hombre alto y fornido, contemplando el paisaje con un resplandor en sus ojos, mientras sus labios dejaban escapar un agudo y corto chiflido que resonó en el silencio.

— Wohh, ¿a quién no le gusta la vista así?

— San Lang... ¿Qué esperas? —Dijo uno de los hombres de forma impaciente.

—Un segundo. —Dijo San Lang analizando un poco más el maravilloso paisaje. — Sip, ya me gusto. —Dijo colocando sus manos sobre sus caderas y una sonrisa ladina adornaba su rostro. —Chicos, quiero un castillo...

—Luego de este robo obtendrás tu castillo. —Dijo el hombre de ojos verde esmeralda mientras se acercaba a San Lang para agarrarlo por el cuello de su camisa con una sonrisa siniestra en su rostro.

El otro individuo de aspecto intimidante y mirada gélida se aproximó con una soga y la enlazó firmemente alrededor de la cintura de San Lang. Tras asegurarse de que estuviera bien sujeta, San Lang se acomodó en el borde del estrecho orificio, mientras que los otros dos hombres aferraban con firmeza la cuerda, auxiliando así a San Lang en su descenso hacia la resplandeciente corona, custodiada por una decena de guardias. San Lang tomó entre sus manos la espléndida corona adornada con flores de oro y jade, le echó un fugaz vistazo y luego la guardó cautelosamente en su bolso tras oír el estornudo de uno de los guardias.

—¿Fiebre de heno? —Dijo San Lang sin cautela al guardia mientras esperaba a que sus dos compañeros lo subieran de nuevo a la cima del castillo.

—Ah, sí. —Dijo el guardia soplando su nariz. —AH... ESPERA... NO... REGRESA...

Los tres jóvenes corrían para poder salir de la ciudad y luego perderse en el bosque para que no los atrapara la guardia real del castillo luego de robar la corona del príncipe perdido.

—Todo lo que hemos hecho y apenas son las diez de la mañana, muchachos hoy será un gran día. —Dijo el pelinegro mientras iba con rapidez hacia el bosque, la guardia real ya los perseguía en caballos, tarde o temprano podían alcanzarlos, así que corrieron lo más rápido que sus pies los dejaron, logrando perderlos en el camino.

San Lang se detuvo frente a un árbol apoyándose para tomar aliento, paso su mano por su rostro para quitar su sudor y vio una hoja pegada al árbol. —No, No, No, esto no puede ser... Así no es mi nariz, ¿o sí? —Dijo mostrándole la hoja con una recompensa por su cabeza a los dos jóvenes que respiraban de forma agitada, quienes le lanzaban una mirada fatigada.

—¿Qué? Ustedes salieron perfectos. —Dijo San Lang mostrándoles sus folletos de se busca a los dos jóvenes fatigados, hasta que escucharon a unos caballos, relinchar y volvieron a correr, pero en el camino se encontraron con una pared de piedra.

—Tengo una idea. —Dijo San Lang guiñando sus dedos. —Ustedes me suben y luego yo los subo. —He Xuan y Qi Rong lo miraron incrédulos y con enojo, la guardia real estaba cerca. —¿Qué? ¿No confían en mí luego de todo lo que pasamos juntos y?... Okay entendí... —Dijo San Lang lanzando la bolsa a He Xuan.

Estos se acomodaban rápidamente al ver a la guardia real tan cerca y San Lang subió por sus espaldas hasta llegar a la cima y limpio sus ropas. —Súbeme, San Lang. —Dijo Qi Rong extendiendo su mano hacia San Lang, pero este solo los miro con una sonrisa burlesca en su rostro mientras les mostraba la bolsa con la corona dentro.

—Yo creo que no... —Dijo San Lang riendo mientras empezaba a correr, dejando a los otros dos abandonados.

San Lang corría tan rápido como podía, tenía a la guardia real pisándole los talones.

—Atrápenlo y recuperen la corona. —Dijo el general de la guardia real. San Lang corría como podía, necesitaba encontrar un lugar donde esconderse o lo atraparían, miraba como aquel caballo blanco corría a toda velocidad detrás de él, jalo una de las ramas de los árboles, por error que provoco que el general cayera del caballo y él acabara sobre aquel caballo blanco.

—Hiaaa... —Dijo San Lang jalando las cuerdas del caballo, pero este solo empezó a saltar provocando que la bolsa con la corona acabara en una rama de un árbol en el acantilado. San Lang fue hacia ella rápido para tomarla mientras el caballo le seguía el paso tratando de tomar la bolsa. El caballo blanco golpeaba con sus pezuñas el árbol provocando que se destrozara la rama del árbol y que ambos cayeran al acantilado.

San Lang cayó en un arbusto y rápidamente le dio un vistazo a la bolsa verificando que la corona estuviera ahí, suspiro de alivio y llevo la bolsa a su pecho en un abrazo, siendo interrumpido por el relinchido de un caballo. Mientras trataba de encontrar un lugar, un lugar donde esconderse, encontró una pared falsa de plantas, se adentró en ella y vio una gran torre.

San Lang aprecio la vista maravillado por unos minutos. Tomo unas fechas de su bolso y se acercó a aquella torre para escalarla. San Lang escalo aquella gran torre y entro cerrando las puertas con rapidez, dejo salir un fuerte suspiro de alivio y se quitó su bolsa para ver la corona dentro de ella. —Solos al fin. —Y eso fue lo último que pudo decir luego de ser noqueado, ¿por una sartén?







Volví luego de 5 eventos canónicos, 7 traumas, ser hospitalizada por sobres forzarme y descubrir que me eran infiel con no una, sino dos personas, en fin, disfruten el cap, tal vez actualice el domingo, ya que ando inspirada. 

Pd: Necesito un fan art de Hua Cheng con la Ropa de Flinn

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⏰ Última actualización: Apr 12 ⏰

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𝑬𝒏𝒓𝒆𝒅𝒂𝒅𝒐𝒔 (𝑯𝒖𝒂𝒍𝒊𝒂𝒏)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora