Capitulo 4

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Acaricia con suavidad su instrumento, desde hace mucho tiempo que no tocaba la guitarra

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Acaricia con suavidad su instrumento, desde hace mucho tiempo que no tocaba la guitarra. Cada vez que se estresaba, irritaba, frustraba, iba hacia su cuarto y comenzaba a tocar.

Pocas personas saben sobre eso, Takemichi nunca dice cosas sobre su vida personal, prefiere mantenerselo para sí mismo, odia asarear a otros con eso. Su mente se despeja cada vez que va a su lugar seguro, el sonido de las cuerdas formando una armonía hermosa siempre lo tranquiliza.

Le gusta acompañar su toque con canto, al vivir solo, no importa que tan alto lo haga, usa ese método para poder dispersarse de todo y disfrutar su tiempo a solas.

El instrumento para él era como la clave que aún los mantenía unidos, cada vez que cantaba y acompañaba con aquella melodía, sentía la presencia de su mamá junto a él, escuchando sin apuros como siempre lo hacía.

Desde chiquito tocaba, su madre lo elogiaba cada vez que el le enseñaba una nueva canción que se había aprendido. El día de su cumpleaños quería tocarle a su madre su canción favorita. "Idfc" de Blackbear.

Su pariente había tenido un accidente automovilístico de regreso a casa, Takemichi esperó, esperó, y esperó; pero ella nunca llego. Al rato habían llamado a su celular para anunciar lo que le había pasado a la mujer, el menor desde ese día ha comenzado a odiar su cumpleaños.

No fue a la escuela por una semana, después; al regresar había una pelea entre la Toman y una pandilla externa. Sus orbes habían agarrado brillo, desde ahí fue donde todo empezó.

Primero, solo los observaba discretamente, anotaba mentalmente sus habilidades y estilo de pelea, después comenzó a saludarlos, tratar de hacer conversaciones con ellos. Pero nunca vió que ellos quisieran entablar una plática.

Los momentos fueron difíciles, cada vez menos se aproximaba a ellos, si lo hacía era para halagar, pero sentía que los estaba incomodando, cuando chocaba con ellos por accidente o decía cosas bonitas, las mejillas contrarias se enrojecían pero seguían desinteresados.

Eso le dió un poco de esperanza, sin embargo pensaba que era por la incomodad o el enojo, ignoraba a los que se preocupaban por él para tratar de acercarse a ellos, la gente comenzó a burlarse de él por ser como un perro que persiguía a su dueño.

Hasta aquel día, donde todo ocurrió. Resulta que gracias a un estudiante, el Director cambió su parecer sobre los clubes que se querían hacer pasar por pandilleros, se estaba haciendo la vista gorda de todo, pero cuando se excedieron en todo lo que la escuela impedía él decidió poner un fin a todo eso, y quien se quejara, reprochara o ignorara sus órdenes, iba a ser expulsado.

Como no tenían a quién tirar al agua, tiraron a Takemichi a la boca del lobo. El capitán de la Toman pidió hablar con el detrás de la escuela, sin saber que los capitanes y sub-capitanes de sus escuadrones lo habían seguido a escondidas.

Hanagaki pensó que al fin se habían dado cuenta de su presencia, y que podría integrarse con ellos, se aferró a aquel falso pensamiento, una leve pelea ocurrió, el menor negando todo y el cenizo sin creerle. Y pasó lo que nadie esperaba, Manjiro sacó un arma y le disparó al ojiazul.

𝐉𝐞𝐚𝐥𝐨𝐮𝐬 𝐛𝐨𝐲𝐬Donde viven las historias. Descúbrelo ahora