Un año antes...
Me encontraba tomando una taza de café en mi cafetería favorita, solía ser un lugar un poco solitario por las mañanas, todos estarían tan ocupados en sus trabajos que este lugar tan maravilloso estaría tan poco concurrido a estás horas, claro, la situación en la tarde y noche cambiaba, se llenaba gracias a su buena reputación y sus deliciosos cafés, todos querían venir saliendo del trabajo a tomar una taza de café o comer algún postre para relajarse.
En dónde me encontraba sentada yo había un gran ventanal que daba vista a la ciudad y a los jardines, estaba cómodamente sentada en un sofa rosa nude mientras en la mesita del centro se encontraba mi laptop y aun lado mi café.
Mientras disfrutaba mi café trabajaba en un proyecto de un nuevo diseño de interiores para la plaza principal de la ciudad, el ser arquitecta y diseñadora de interiores me permitía poder trabajar en mi oficina o desde otro lugar que yo quisiera.
Me concéntre en mi trabajo cuando de un momento a otro sentí que alguien se acercó a mi, ya que el lugar estaba casi vacío pude escuchar las pisadas, levanté mi vista para ver quién era la persona que se me había acercado.
— Hola, ¿Te puedo ayudar en algo? — Era un chico alto moreno, se veía bien vestido y me estaba mirando, ya lo había visto antes, solía encontrarmelo en este lugar a la misma hora en la que yo solía venir de vez en cuando, solíamos intercambiar miradas, al parecer él solía hacer lo que yo venía a hacer a este lugar, tomar un café y ver su laptop.
— Hola, un gusto soy Andriu, en realidad no, te he visto antes y pense que tal vez yo me podría sentar aquí — Señaló el lugar vacío al frente mío, lo mire unos segundos y después mire los demás asientos vacíos alrededor, decidí solo asentir con mi cabeza y este se sentó al frente mío.
— Un gusto Andriu, soy Ámbar — Dije intentado sonar amable y educada.
— Es un lindo nombre Ámbar, ¿Qué tal tú día? — Se notaba algo nervioso pero amistoso.
— Gracias, el tuyo también es lindo, mí día va bien, a las 9:30 de la mañana no hay mucho que hacer, más que trabajar y disfrutar una buena taza de café. - Respondí regresando el cumplido de forma amable.
— Gracias, eso es algo muy interesante, si no te molesta contarme cuéntame a qué te dedicas — Preguntó con un toque de curiosidad que podía ver en sus ojos, regrese la pantalla de mi laptop y luego le volví a mirar.
— Soy arquitecta y diseñadora de interiores, ahora mismo trabajo en una constructora y estoy encargada en un proyecto para la plaza del centro de la Ciudad.
— Eso suena increíble, a mi siempre me ha gustado apreciar la arquitectura.
— Eso es bueno, cuéntame ahora tú, ¿A qué te dedicas Andriu? — Él me miró y sonrío amable.
— Yo soy comentarista de deportes.
— Eso suena muy interesante, ¿Qué clase de deportes?
— Por el momento cubro lo que es fútbol, aunque también he estado en las olimpiadas y todas esas cosas que tienen que ver con el deporte.
— Eso es muy interesante, yo no suelo ver mucho el canal de deportes.
— Deberías comenzar a verlo, te saludaré — Levanto su mano y la movió en forma de saludo, yo solté una risita porque el gesto me causo gracia y él sonrió divertido.
Continuamos charlando de una forma amena era agradable así que fue muy fácil pláticar con él, termine mi café y antes de irme este me pidió mi número, aunque estaba algo confundida yo se lo pasé, tome mis cosas y me despedí de él de forma amable, el se levantó junto conmigo caminando hacia la salida, dónde cada uno tomo su camino.
Al llegar a mi departamento entré, tenía apenas un mes viviendo en esta Ciudad, sola lejos de mi familia, sin amigos ni conocidos, había trabajado muy duro para conseguir ser jefa de proyectos, un título que me habían dado al ofrecerme mudarme cuando recién me gradue y me sentía orgullosa de éso, ahora me encontraba sentada en el sofá con una grandiosa vista a la ciudad. Minutos más tarde escuché sonar mi teléfono, lo saqué de mi bolsillo derecho, este ya tenía la pantalla iluminada por un mensaje de un número sin registrar.
> Soy Andriu, Ámbar <
Sonreí ligeramente al leer el mensaje, al parecer había conseguido un amigo, registre el número y me dispuse a contestar.
> Hola Andriu <
> Ya veo que me diste el número correcto <
> Así es jajaja, claro que te di el correcto <
> Bueno solo era para asegurarme Ámbar, ten buen día <
> Eso es divertido, ten buen día Andriu <
Solté una risita y me levanté del sofá para volver al trabajo, camine por mi departamento hasta llegar a mi oficina, continue con el proyecto que había suspendido por aquel chico de la cafetería.
Los días comenzaron a transcurrir haciéndose semanas, yo me encontraba muy ocupada trabajando en la empresa sobre el proyecto de la plaza, el proyecto que había diseñado había sido aprobado ya por el cliente y me encontraba supervisando todo el trabajo que estaban haciendo los demás trabajadores de la constructora.
Aún así de vez en cuando iba por un café me encontraba con Andriu y charlabamos, todas nuestras platicas eran divertidas y reconfortantes, él además de atractivo tenía muchos temas de conversación, me estaba enseñando sobre fútbol y básquetbol, estas semanas habían sido muy buenas, su compañía era reconfortante, se sentía bien tener un amigo en esta ciudad.
Me levanté de la cama a las 7:30 am para comenzar mi día y me dispuse a darme una ducha caliente, salí de esta y me puse un pantalón ajustado de vestir color negro, una blusa negra fajada, después unos zapatos azules de vestir un blassier del mismo color azul marino para combinar, deje que mi cabello oscuro castaño se secara al natural peinandolo nada más, me coloqué accesorios plateados, tome las llaves de mi auto, mi laptop y mi celular para ponerme en marcha.
Al llegar a la cafetería ví que ya estaba Andriu en la mesa esperándome, la cual le había contado era mi favorita por las vistas, fui hacia el mostrador y me pedí un capuchino de chocolate blanco, lo pague y me di la vuelta para ir hacia donde él estaba metido en su laptop.
— Buenos días, ¿Podría sentarme? — Pregunté mirándolo y sonríendo ligeramente.
— Buenos días, claro, tú siempre puedes — Me respondió sonriendo, así que tome asiento enfrente suyo y dejé mis cosas sobre la mesita.
— ¿Cómo estás Andriu?
— Guapo como siempre — Río. — Es broma, estoy muy bien, ¿Y tú?
— Me encuentro muy bien la verdad, me alegro de que estés bien — Dije divertida.
— Gracias Ámbar — Me sonrió y me miró un poco nervioso dejando de fijar la vista en su laptop para jugar un poco con sus manos mientras me miraba.
— ¿Pasa algo Andriu? — Me trajeron mi capuchino y le agradecí al mesero.
— La verdad es que yo... Te quería invitar está noche a cenar, ¿Tú aceptarías ir a cenar conmigo a las 8:00? — Me miro fijamente y yo estaba tan sorprendida, era la primera vez que alguien me invitaba a cenar.
— Vaya... Está bien jajaja, acepto ir a cenar contigo Andriu.
— ¿En serio? — Me miro sonriendo aunque trataba de parecer normal.
— Es un hecho Andriu — Le sonreí y ambos bebimos de nuestro café.
ESTÁS LEYENDO
NO ME BUSQUES MÁS
RomanceEl placer de encontrarme justo donde deseaba estar hace 7 años se había marchitado, estaba frente a él, mirandolo directamente a los ojos, podía ver su mirada impresionada, lo diferente que se veía en tan solo 7 años lo habían convertido en otra per...