Capítulo 3 Cuando se nota el interés

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Siempre había odiado los lunes y más los lunes por la mañana, pero mi alarma ya había sonado, eran justo las 6 am, debía dejar mi pereza y levantarme de la comodidad de mi cama, sin más opción suspiré y me levanté de la cama, la tendí para no volverme a acostar y después fui a mí armario, me coloque ropa deportiva, si no hacía actividad física en el día me sentía estresada y de mal humor, así que salí a la terraza de mi departamento que daba una buena vista a la ciudad en general, aún hacia un poco de fresco pero el sol comenzaba a salir pronto.

Tendí mi tapete de yoga y comencé con el calentamiento para después ponerme a hacer mi rutina favorita de pilates, me encanta hacer pilates ya que combinaban el ejercicio con estiramientos, coordinación, flexibilidad, además estilizaba mi figura que no es algo del otro mundo, mido 1.57, muy poco busto, complexión media aunque saque la cintura de mi mamá, glúteos masomenos, cara redonda, pies y manos pequeñas. Continúe haciendo la rutina de pilates de 40 minutos, descanse unos segundos en la pose del niño, dicen que si no duele, no sirve pero no estoy muy segura de que tan cierto esto fuera.

Termine mis ejercicios y me levanté tomando el tapete, volviendo a dentro de mí casa, deje el tapete en su lugar y camine directo a mi armario, hoy iría a la obra más tarde, así que me pondría algo de adecuado para la ocasión, elegí un pantalón de mezclilla azúl marino, una blusa de vestir negra, un blassier negro y botas negras, después de tener el aufit acomodado sobre la casa agregue accesorios simples, gafas de sol y un reloj pequeño de color negro que me regaló mi padre, coloque el perfume que me iba a colocar y me fui a dar una merecida ducha caliente.

Salí de la ducha y me coloque crema por todo el cuerpo, seque mi cabello y lo peine al natural, este es muy lacio, así que me hice una coleta alta, me puse el aufit que ya había preparado junto a los accesorios, me coloque bloqueador, después peine mis cejas, me puse un poco de corrector en las ojeras, polvo traslúcido, rubor y un labial nude, me bañe en perfume ya que me encanta y tome todo lo que necesitaba para salir de mi departamento y bajár al estacionamiento donde estaba mi auto, un BMW color blanco, el auto de mis sueños, subí a este, me puse cómoda mientras me colocaba el cinturón de seguridad y puse mi auto en marcha.

Escuché mi teléfono sonar y sonreí involuntariamente, sabía que sería Andriu dándome los buenos días, mientras conducía pensaba en que solo faltaban 4 días para su cumpleaños y yo aún no sabía que darle de regaló, quería hacerle una sorpresa, quisiera que fuera un día increíble su cumpleaños, siempre e pensado que los cumpleaños debemos festejarlos y tener bonitos recuerdos de este, así que tendría que ponerme creativa para sorprender a Andriu.

Llegué a la plaza central y me estacione, antes de bajar del auto tome mi celular para ver quién me había escrito, así como lo pensaba, era Andriu.

> Buenos días, Ámbar <

> Buenos días, Andriu <

1 mn después... Me constestaba muy rápido este hombre.

> ¿Cómo está la chica de los ojitos cafés más lindos que he visto? <

> Jaja estoy muy bien Andriu, ya muy cerca del trabajo, ¿Y tú? <

Escribiendo....

> Estoy muy bien Ámbar, me alegro de que tú también lo estés, se que nos vimos el viernes en la noche, pero, ¿Crees que te podría invitar el desayuno hoy? <

> Me alegro de eso Andriu, me encantaría poder aceptar, pero tengo trabajo en el centro comercial, debo supervisar los avances y esas cosas que hace una arquitecta <

> Vale... Entiendo Ámbar <

Suspiré y baje del mi auto guardado mi celular en el bolsillo, tome mi chaleco rosita y mi casco blanco, cerré mi auto me puse en marcha camino al centro comercial, al entrar fuí directamente al elevador y subí al quinto piso que era el lugar donde se encontraba mi equipo trabajando, estábamos haciendo terrazas en el quito piso que daban vista a la maravillosa vista de la ciudad, también hacíamos un restaurante de lujo el cual tenía las mismas maravillosas vistas, al llegar todos me saludaron y yo también les salude. Me encontraba supervisando los cambios y todo iba de acuerdo a lo planeado, ya teníamos un año en este proyecto y solo quedaban unos pocos meses, dos de las terrazas más grandes ya estaban terminadas por completo, el restaurante estaba casi terminando, le faltaban algunos detalles a este, mientras continuaba viendo los avances uno de los albañiles me habló.

— Arquitecta Riesly la buscan — Lo mire.

— ¿Quién me busca? — Pregunté, el albañil iba a responder pero ya no pudo porque lo interrumpieron.

— Yo te busco Ámbar — Así es, detrás del albañil estaba aquel hombre moreno, alto y atractivo con bolsas en las manos.

— Pero... ¿Qué haces aquí Andriu? — Él me miraba sonriendo.

— Ámbar, si tú no vas al desayuno el desayuno vendrá a tí — Dijo mirándome mientras me mostraba las bolsas en sus manos, yo no pude evitar sonreír al verlo así.

— Tú ganas Andriu — Dije sonriendo y el también sonrió.

Le llamé a mi asistente y le dije que iría a desayunar pero no tardaría, este asiento y mire a Andriu el cual me comenzó a seguir hacia una de las terrazas que ya estaba lista, tomamos asiento en una de las mesas que daban vista a la ciudad pero por la sombrilla no nos daba el poco sol que había, Andriu me miró y dejo las bolsas en la mesita.

— Andriu gracias por esto... Es muy bonito de tú parte - Dije mientras le miraba y él sonrió.

— No debes agradecerme Ámbar, solo me preocupó por tí, te traje tú café favorito, y como no sabía que te apetecía desayunar traje omelette, chilaquiles verdes y waffles para compartir — Me dijo mientras sacaba todo de las bolsas y lo colocaba sobre la mesita.

— Mmmm en realidad todo se ve delicioso, compartamoslo — Le di el tenedor y tome uno para mí, abri los empaques y los acomode a modo de que fuera cómodo para ambos comer de todo.

— Me parece perfecto Ámbar, provecho.

— Provecho Andriu — Sonreí y así fue como empezamos a desayunar ambos, disfrutando el delicioso desayuno compartido que Andriu me había traído al trabajo.

Comimos tranquilamente el omelette y los chilaquiles verdes llenos de queso que estaban exquisitos mientras disfrutábamos de la vista y de la compañía, tome de mi café y después comenzamos a compartir los waffles que traían fruta fresca.

— Muchas gracias Andriu, esto estuvo exquisito.

— No me agradezcas Ámbar, por favor, que a mí me gusto mucho traerte el desayuno — Dijo sonriendo y sonreí al escucharlo.

Dejé un suave beso en su mejilla en respuesta y él sonrió ampliamente, juntamos todo y lo tiramos a la basura, después de despedirnos él se fue al trabajo y yo volví al mío, que aún había mucho por hacer el día de hoy.

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⏰ Última actualización: Oct 10 ⏰

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