SUMISO O DOMINANTE

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Después del inolvidable encuentro en el aula que marcó a David de por vida, el estudiante se encontraba atrapado en una mezcla de timidez y ansias. En cada clase con la Señorita Morgan, no podía evitar mirar sus pies con un deseo incontrolable, anhelando repetir la experiencia que los unió de manera tan íntima.

Sin embargo, su timidez le impedía acercarse y hablar sobre el tema con la profesora. Las clases avanzaban, y David se debatía entre sus impulsos y la barrera de la timidez.

La excitación se apoderó de David cuando recibió el mensaje de la Señorita Morgan en su aplicación de WhatsApp. El corazón le latía con fuerza mientras leía las palabras sugestivas que le instaban a ir a su casa para una sorpresa especial.

Inmediatamente, David comenzó a imaginar las posibilidades de lo que podría suceder. La idea de repetir el encuentro erótico que compartieron durante el recreo lo llenaba de anticipación y deseo.

Con nerviosismo, se dispuso a idear una excusa para justificar su visita. Al llegar a la casa de la Señorita Morgan, David sintió una mezcla de nerviosismo y excitación. Al abrir la puerta, fue recibido por la profesora con una sonrisa traviesa que dejaba entrever las intenciones de la sorpresa que le tenía preparada.

"David, cariño, estoy emocionada de verte. Entra, tengo algo especial para ti", dijo la Señorita Morgan, guiándolo al interior de su casa.

La tensión erótica llenaba el aire mientras David seguía a la profesora hacia la sala de estar. La sorpresa que le aguardaba estaba a punto de revelarse, y el corazón de David latía con fuerza ante la expectativa de lo que estaba por venir.

La expresión de David cambió de anticipación a desconcierto cuando la Señorita Morgan le mostró los videos de la adoración de pies en el salón que ocurrió anteriormente. Se quedó pálido, sin saber cómo reaccionar ante la revelación de que su secreto estaba al descubierto.

La profesora, con una sonrisa juguetona, le dijo: "David, querido, parece que te gusta admirar y adorar mis pies. Ahora, si deseas continuar haciéndolo, tendrás que pagar. Son 20 dólares por cada 10 minutos de adoración. Si no lo haces, me temo que compartiré este encantador video con todos."

El rostro de David reflejó una mezcla de sorpresa, vergüenza y preocupación. No solo se encontraba en una situación comprometedora, sino que ahora también se enfrentaba a la posibilidad de que sus compañeros de clase descubrieran su fetiche.

La Señorita Morgan, manteniendo su mirada desafiante, esperaba la decisión de David. La tensión en la habitación era palpable mientras él procesaba la difícil elección que se le presentaba.

Las palabras escaparon de los labios de David, y en un impulso inesperado, ofreció convertirse en su esclavo con la esperanza de evitar la vergüenza pública. La Señorita Morgan, al escuchar la palabra "esclavo", sonrió con malicia y rápidamente ideó un plan.

"Está bien, David. Serás mi esclavo", dijo la profesora con tono burlón. "A partir de ahora, todas las tardes a la misma hora, deberás venir a mi casa con los 20 dólares para adorar mis pies. Y recuerda, esto será nuestro pequeño secreto."

David, sintiéndose atrapado en sus propias palabras, asintió con nerviosismo. La profesora, con un gesto de desprecio, añadió: "Ahora lárgate, esclavo. Nos vemos mañana a la hora acordada."

Con un tono de burla y autoridad, la Señorita Morgan despidió a David, quien abandonó su casa con una mezcla de resignación y ansiedad. La puerta se cerró tras él, dejándolo preguntándose cómo había llegado a convertirse en el esclavo de los caprichos de su profesora.

La Señorita Morgan, una vez que David se arrodilló, le ordenó entregar los 20 dólares acordados. Con sumisión, David le entregó el dinero, y ella lo guardó de manera sugerente en su sostén, añadiendo una capa adicional de humillación y control.

Adoración Bajo el PupitreWhere stories live. Discover now