Talking to the ocean

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Las mañanas cerca del mar eran pacíficas, a veces algo peligrosas cuando la marea crecía demasiado como esa mañana. Por eso Shi Wudu solía decirle que no fuera al mar sin él.

"Conmigo ahí será la única manera en que el mar no haga de las suyas"

Lo cuidaba.

A veces Wudu podía ser dulce sin saber.

—Pei Ming.

Una vez más la voz de Ling Wen interrumpió sus pensamientos, pero las manos de Pei Ming no abandonaron las varitas de incienso que estaba encendiendo en el templo.

—Mmn Noble Jie ¿Necesitas algo?

—Si, tu presencia en mi oficina, lo más pronto posible.

Pei Ming suspiró como respuesta y corto la comunicación.

—¿Acaso no tiene trabajo que hacer? —Murmuró para si mismo, Ling Wen había arruinado su pacífica mañana en el templo del Maestro del Agua.

Sin más opción tuvo que volver a la capital celestial a enfrentarse a las miradas de todos los oficiales presentes, de camino al palacio de Ling Wen no hubo oficial que no le pusiera los ojos encima, y es que era obvia la razón.

La noche anterior, en el banquete de otoño había echo un espectáculo sin si quiera estar presente, era la primera vez que faltaba a un banquete de otoño desde su ascensión y justo esa noche se alzaron miles de linternas en el cielo en nombre de un Dios muerto y que justamente fue uno de sus amigos más cercanos, no había que ser muy inteligente para atar los cabos sueltos y saber quién fue el responsable.

Dió tres suaves toques en la puerta de Ling Wen y poco después escuchó la suave voz de la Diosa decir "adelante". Al pasar Ling Wen lucia algo sorprendida y Pei Ming no entendía el motivo de aquello, ella misma lo había llamado.

—¿Por qué tocaste?

—Ah... —Lo había olvidado, él jamás pedía permiso para entrar a esa oficina. -Solo lo olvide.

Por supuesto haber pasado toda la noche pensando en ese amigo y viejo amor que siempre le daba un golpecito en el hombro por no tocar la puerta no influyó en nada.

—Mmn, como sea, toma asiento mientras él llega.

¿Él?

—Sabes Ling Wen, últimamente pareces recurrir demasiado a mi presencia ¿Será que finalmente has caído ante mí?

—Primero muerta. —Ling Wen se dio la vuelta y empezó a buscar entre los tantos pergaminos que tenía en su escritorio. —Por cierto, a el General Ming Guang parece que le encanta dar de que hablar en los eventos, aún si no está presente.

—Supongo que solo es mi encanto natural, este o no presente jamás pueden olvidarse de mí. —Ahí está de nuevo, el Pei Ming orgulloso de siempre.

Y Ling Wen sonrió un poco por el comentario. —Aunque 4500 linternas es un poco exagerado para mí gusto.

—Eso no dices porque no eran para ti, además, yo solo lancé 4000 linternas, y por lo que escuche aún así Wudu quedo en el segundo lugar por debajo del Príncipe Xie Lian.

Ling Wen lo miro un tanto confundida ante lo dicho. —Nadie se imagino que este año Hua Cheng lanzaría el doble de linternas del año pasado, pero en algo estas equivocado, fueron 4500 linternas, así lo dijo el contador.

—Imposible, solo lance 4000 linternas. Y ambos sabemos que las otras 500 no las lanzó algún mortal. —Pei Ming se confundió pero prefirió no darle importancia. —Como sea, el próximo año haré que Shi Wudu quede en primer lugar.

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⏰ Última actualización: Mar 04 ⏰

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