31- Mi mundo

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Era sábado y era día de partido. Jugábamos contra el Sevilla, y si ganábamos el equipo culé se consagraba campeón de La Liga. Fue una temporada muy buena del equipo de Xavi.

Mis sesiones de modelaje no cesaron aunque yo estuviese embarazada. Al contrario, más marcas me llamaban pero yo negaba porque terminaba exhausta y el medico me dijo que a partir del mes 6 tenga más cuidado con la fuerza y el no estrenarme tanto. Desde ahí Pablo duplicó su protección hacia mí, a veces me hacia sentir que no podía hacer nada pero yo aún así no me enojaba porque entendía que el lo hacía con todo el cariño y amor del mundo.

-Pablo, tenemos que ir hacia el estadio-

Por suerte el partido se disputaba en el Camp Nou. Las emociones venían muy arriba, no perdíamos casi ningún partido, los jugadores estaban más concentrados que nunca. Este era un partido importante, y también lo llamaría decisivo.

-Zoe y Enzo ya llegaron- le aviso a mi novio.

Ellos también habían comprado entradas para ver el juego. Aunque no podían estar conmigo, nos organizamos para después ir a comer algo por ahí.

-Okey- me responde.

Ingresamos al estacionamiento y dejamos el vehículo. Yo me dirigí a la zona para los familiares de los futbolistas y Pablo se fue hacia los vestuarios ya que en un rato tenían que salir al campo a calentar.

Al llegar a mi lugar me encontré con Sira y Aurora. Sin duda habíamos creado una bonita amistad. Siempre estábamos ahí para ayudarnos una con otra.

-Tia, ¿cómo va todo?- pregunta Sira

-Hasta ahora todo marcha de maravilla- me río mientras acaricio mi vientre- aún queda tiempo para conocerla.

-Ya no aguanto más para conocer a la princesa- habla mi cuñada.

Como se estarán imaginando es una niña. Pablo estaba más que feliz, estaba muy ilusionando. Yo no me quedaba atrás. Todos festejamos la revelación del sexo del bebé. Lo único es que no hicimos público todavía el embarazo, es decir, la gente ya sabía porque mi panza era más que obvia pero a lo que me refiero es que no pusimos nada en nuestras redes sociales ni nada por el estilo, capaz que dentro de poco quien sabe.

-Todos la esperamos con muchas ansias- digo sonriente.

La charla fue interrumpida por todos los gritos eufóricos y aplausos de los hinchas al ver que el partido había comenzado. Sólo esperaba que todo saliera bien.

El partido comenzó con la pelota en los pies de los jugadores del Sevilla, aún así nuestros jugadores presionaban e intentaban sacarles el balón. Se notaba que ambos equipos querían ganar, en el estadio se vivía como si fuera una final. Increíble.

Por suerte, De Jong logró recuperar la pelota para poder pasársela a Pedri, el cual se tiraba unas jugadas que hacía que la gente grite. El canario seguía con la posesión de la pelota hasta que llego a los pies de Lewandoski y éste se la pasó a Gavi, el cual se encontraba casi en una jugada de uno contra uno con el arquero sevillano. Pablo logró esconder la pelota y chutar al arco.

-¡Gooooooooool!- gritaba la afición- ¡Gavi! ¡Gavi!-

El autor del gol corrió hacia la esquina para celebrar el gol con su clásico beso al escudo para después... para después hacer un dos y un corazón.

Que alguien me ayude que me derrito

Todos pueden pensar que es un gruñón o que se enfada rápido, pero cuando lo conoces es toso lo contrario, hasta puedo decir que parece un niño pequeño.

La primer parte finalizó con la victoria culé. Aproveché para poder hidratarse más y comer. Tener una vida dentro tuya requería de mucha pero mucha comida.

¿Destinos cruzados o Nuevos comienzos? | Pablo GaviDonde viven las historias. Descúbrelo ahora