33- Haciendo todo lo posible

637 22 0
                                    

Narra Luz

Meses después

El tiempo pasó volando entre los preparativos de la boda y de la bebé.

La panza era gigante y ya ni me entraba la ropa. Me convertí en la persona más glotona del mundo. Ni hablar de todos mi cambios de humor; que en un momento estaba feliz y al segundo estaba llorando por una tontada.

Por suerte, tengo la suerte de contar con un gran compañero, perdón, me corrijo: mi prometido, Pablo. No sé qué haría sin él. Siempre está tan atento a todo. A diferencia de otros, él está ayudando con los preparativos para la boda.

Bueno, tampoco los quiero aburrir así que vamos a lo importante...

-Amor, llegaron los chicos- le digo desde arriba a Pablo.

-Voy- me respondió

Los chicos habían dicho de venir a comer a casa, así que optamos por hacer comida a la parrilla y aprovechar el verano.

Me puse unos calzados cómodos y un vestido suelto. Y bajé las escaleras.

- Mi niña, ¿cómo estás?¿Cómo te trata esa princesa?- habló Sira.

-No sabes las ganas que tengo de comer una caja de chocolate- ambas nos reímos- por otro lado, creo q la princesa ya quiere salir.

-Si, me imagino- toca mi panza- no falta nada para conocerte, hermosa- le hablaba.

-Una pena que Frenkie y Mikky no pudieran venir- digo.

-Y bueno, el bebé es chiquito, tienen que tener todas las precauciones.-

Sí, Frenkie fue papá.

-Ni me digas- ambas reímos.

-¿De qué tanto hablan?- habló Ferran.

-Cosas de chicas- respondió su novia- vamos- le toma la mano a su novio para dirigirse al patio.

-¿Ya te dije lo hermosa que te ves con esa panceta?- me habla y me abraza por atrás mi prometido.

-En serio, Pablo?- digo riendo- como me vas a decir eso cuando es obvio que estoy más gordita.

-Pero estas así porque llevas a nuestra pequeña ahí adentro.- me besa- vamos con los chicos.

La música estaba al tope, gracias Ansu.

Verlos a todos ahí, riendo, contando anécdotas. Esta era una familia. Podría hacer millones de capturas mentales de este momento.

¿Por qué nos tiran agua?

¿Qué?

Sí, estamos mojadas.

Miro hacia abajo y... carajo.

Ya viene.

-Pablo, ya viene.- le digo tocándole el brazo.

-¿Qué?- pregunta confundido.

-¡Qué la bebé está viniendo! ¡He roto aguas!- digo rápido.

-¡Oh Dios!- exclamó Pedri sin saber que hacer.

-Vamos al hospital- dijo Pablo- Sira ve a buscar el bolso-

-Sisi, enseguida- habló ella.

-Pablo, que Sira vaya con vos. Yo voy con Pedri- dijo el novio de ésta.

-Nos vemos allí-

Nos subimos al coche y mi novio comenzó a conducir rápido mientras tocaba bocina.

¿Destinos cruzados o Nuevos comienzos? | Pablo GaviDonde viven las historias. Descúbrelo ahora