❝... la droga del amor tiene sobre las otras la ventaja de que con ella es mágico enviciarse ... ❞
- Mario Benedetti
(rick grimes x fem!oc)
(thewalkingdead)
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Martínez me miró fijamente. Primero estaba sonriendo mal, hasta que se dio cuenta de que era su vieja amiga, Samantha. Luego tuvo una mirada de culpa.
— ¡Carajo Sam! ¿Qué diablos estás haciendo? Estás aquí fuera de mala voluntad mientras hay terroristas aquí, ¡podrías lastimarte gravemente!— Martínez me advirtió de los peligros de los "terroristas", pues no se dio cuenta de que yo era uno de ellos.
— Marty... ¿nadie te dijo que me fui ayer? — Le pregunté al hombre y sacudió la cabeza. — Phillip está loco, tiene frascos de cabezas de mordedores y su hija está encadenada en su oficina —.
Martínez levantó una ceja, — Pensé que la habían mordido... —.
Asentí.
Frunció las cejas. — ¿Hablas en serio? Y déjame adivinar, te violó — respondió sarcásticamente, pensando que todo era una broma.
— Lo hizo — murmuré en voz alta, mirando mis pies.
Se rió y luego se detuvo de repente. Miré hacia arriba y me quedé cara a cara.
— Pensé que no se lo ibas a decir a nadie —. Phillip tenía un brillo malvado en sus ojos azules. Respiré bruscamente, observando el área antes de hacer nada. Nos paramos entre las gradas, mientras que Daryl y Merle se paraban mirándose el uno al otro.
— Espera, ¿es verdad? — Martínez preguntó, girando para mirar al líder un poco más alto.
Phillip asintió y luego le susurró al oído. Martínez me miró y me dio la palabra: — Lo siento —.
De repente, estaba detrás de mí, sosteniendo mis brazos hacia atrás, y volvió a tener su mano sobre mi boca.
Phillil nos guió a la arena arenosa y sucia, y me puso al margen a medio camino entre Daryl y Merle.
Phillip se puso entre ellos y habló.
— ¡Merle, es un traidor! ¡Los llevó a nosotros! ¡Este hombre a su lado, este terrorista, es su hermano! —.
Daryl miró a su alrededor, asustado. Y honestamente, los Dixon no parecían asustarse a menudo.
— Sangre contra sangre. Hermano contra hermano. ¡Lucha... hasta la muerte! — Phillip gritó, luego se puso a mi lado.
— Nuestro propio amor y familia estaba trabajando con ellos. Samantha Byrne, quien dio a luz en el propio refugio del terrorista. ¡Ella es una de ellos! —.
Intenté liberarnos de Martínez, pero no se inmutó. Lo miré hacia atrás, lloriqueando. Parecía tan molesto y enfadado como yo.
