Primera Parte, Los Engaños

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Una época legendaria

Héroes extraordinarios combaten por el derecho a gobernar la galaxia. Los
inmensos ejércitos del Emperador de Terra han conquistado la galaxia en una
gran cruzada: los guerreros de élite del Emperador han aplastado y eliminado
de la faz de la historia a innumerables razas alienígenas.

El amanecer de una nueva era de supremacía de la humanidad se alza en el horizonte

Ciudadelas fulgurantes de mármol y oro celebran las muchas victorias del
Emperador. Arcos triunfales se erigen en un millón de mundos para dejar
constancia de las hazañas épicas de sus guerreros más poderosos y letales.

Situados en el primer lugar entre todos ellos están los primarcas, seres
pertenecientes a la categoría de superhombres que han conducido los ejércitos
de marines espaciales del Emperador a una victoria tras otra. Son imparables
y magníficos, el pináculo de la experimentación genética. 
Los marines
espaciales son los guerreros más poderosos que la galaxia haya conocido.

Cada uno de ellos capaz de superar a un centenar o mas de hombres normales
en combate.

Organizados en ejércitos inmensos de decenas de miles de hombres llamados
legiones, los marines espaciales y sus jefes primarcas conquistan la galaxia en
el nombre del Emperador.

El más importante entre los primarcas es Horus. Llamado El Glorioso, laEstrella Más Brillante, el favorito del Emperador, es igual que un hijo para él.

Es el Señor de la Guerra, el comandante en jefe del poderío militar del
Emperador, dominador de un millón de mundos y conquistador de la galaxia.


Se trata de un guerrero sin par, un diplomático eminente.
Horus es una estrella ascendente, pero ¿hasta qué altura puede llegar una
estrella antes de caer?

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Perdón por como se ve.

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PRIMERA PARTE

LOS ENGAÑADOS
YO ESTABA ALLÍ EL DÍA QUE HORUS MATÓ
AL EMPERADOR…

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Los mitos crecen como cristales, según su propia
estructura recurrente; pero es necesaria la existencia
de un núcleo apropiado para iniciar su crecimiento.
Atribuida al rememorador Koestler (fl.
M2)

La diferencia entre dioses y demonios depende en
gran medida de la posición en que se encuentre uno
en ese momento.

PRIMARCA LORGAR

La nueva luz de la ciencia brilla con más fuerza que
la antigua luz de la hechiceria-¿Por qué, pues, no
parece que seamos capaces de ver tan lejos?
El filósofo sumaturiano SAHLONUM (fl.
M29)

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UNO

SANGRE DERRAMADA POR UN MALENTENDIDO
NUESTROS HERMANOS QUE SE HALLAN EN LA
IGNORANCIA
LA MUERTE DEL EMPERADOR


»Yo estaba allí —acostumbraba a decir después, hasta que después se convirtió en un
tiempo que no producía ninguna risa—. Yo estaba allí, el día que Horus mató al
Emperador». Era una presunción deliciosa, y sus camaradas reían entre dientes ante
la total deslealtad que ello implicaba.
La historia era buena, y era Torgaddon quien por lo general se encargaba de
engatusarlo para que la contara, pues Torgaddon era un bromista, un hombre de risa
contundente y jugarretas estúpidas. Y Loken volvía a contarlo, un relato referido
tantísimas veces, que casi se contaba solo.
Loken siempre se aseguraba de que su público comprendía adecuadamente la
ironía de su historia. Probablemente sentía cierta vergüenza respecto a su
complicidad en el asunto, ya que se trataba de un caso de sangre derramada por un
malentendido. Existía una gran tragedia implícita en el relato del asesinato del
Emperador, una tragedia que Loken siempre quería que sus oyentes apreciaran. Pero
la muerte de Sejanus era, por lo general, todo lo que fijaba la atención de estos.
Eso, y la ingeniosa culminación.
Había sido, hasta donde los horólogos dilatados por la disformidad eran capaces
de atestiguar, el año 203 de la Gran Cruzada. Loken siempre situaba su historia en el
lugar y tiempo apropiados. El comandante llevaba aproximadamente un año como
Señor de la Guerra, desde la triunfal conclusión de la campaña de Ullanor, y estaba
ansioso por confirmar su recién adquirida posición, en especial a los ojos de sus
hermanos.

Horus señor de la guerra Donde viven las historias. Descúbrelo ahora