Lo único que alumbraba el oscuro mar era la bioluminiscencia de las plantas y animales que habitaban en el agua y el cuerpo de un Metkayina joven, más haya en el horizonte se podía ver como nubes grises se acercaban al arrecife.
El heredero del pueblo Metkayina vea fijamente en aquel punto donde el sol desaparecida y la luna tomaba su lugar para que los navis entrarán en el mundo de los sueños, pero una pregunta lo atormentaba, que hacia el afuera de su nido?, podía recordar el momento en el que se recostó, pensando en aquel omaticaya de piel azulada, intentó dar un paso, pero sus pies no respondian, volvió a levantar la vista para encontrarse con un cuerpo, algo delgado, no se podía ver claramente pues era tan oscuro como la noche, entrecerró sus ojos intentando ver mas haya de la sombra que le proporcionaba la luna, las nubes estaban cada vez más cerca, el viento rugía chocando contra su cara como astillas enterrándose en su piel, se avecinaba una tormenta, tenía que avisar a su pueblo, su cuerpo era incapaz de moverse y de nuevo su vista cayó en aquel extraño que yacía en el agua, intentó gritar, pero su voz tampoco le salía, estaba entrando en un estado de desesperación, clavó su mirada en el agua, gracias a las plantas y peces que se alejaban rápidamente, pudo ver un hilo de sangre, su pecho se apretaba y lagrimas caían de sus ojos, su vista se nublaba, con un esfuerzo mayor volvió su vista...
Neteyam, era Neteyam.
Intentó con todas sus fuerzas gritar, decirle que aquí estaba, que saliera del agua, pero no pudo, las olas cada vez golpeaban más fuerte trayendo consigo una gran tempestad.
Su Neteyam tenía una herida en el pecho, su Neteyam sangraba y dejaba rastros de aquel líquido rojo en el mar azul, lloraba cada vez mas y mas, su cuerpo cayó de rodillas y como si hubiera sido liberado de unas cadenas movió rápidamente su cuerpo para cargar a Neteyam y traerlo a tierra firme, quería ver los ojos ámbar de su chico del bosque, pero no obtenía nada de aquel cuerpo, movia cada vez mas freneticamente, cerro sus ojos y con gran pesar Ao'nung apoyó su oreja derecha en el pecho del Omaticaya, estaba quieto, sus pulmones no funcionaban y su corazón... no latía.
Lloró como nunca y junto a él el cielo también lloraba, abrazaba fuertemente el cuerpo inerte de Neteyam, le dolía su pecho, le quitaron su otra mitad y mataría a quien lo hizo.
Lentamente se paró y gargo al cuerpo llevándolo al murai en el que la familia Sully dormían plácidamente, grito, lloro y se derrumbó, pero nadie lo escuchaba, porque no le oían, se levantó y sacudió al mayor de los Sully, el Toruk Makto, aquel guerrero que los liberó de la furia de la gente del cielo, aquel que muchas lunas atrás pidió Oturu en su isla. Este se levantó lentamente y lo único que vio fue el cuerpo de su hijo, de su primogénito sin vida, aquella gente del cielo, de la que tanto huían, mató a su hijo, una herida de bala en el pecho, al final no valió la pena huir...
Despertó agitadamente mientras la mano de su hermana se posaba en su frente sudorosa, estaba en un estado de trance, las voces se escuchaban lejanas, y lo único que podía formular su mente era la imagen de cuerpo inerte de su Neteyam en sus brazos.
Todo había sido un sueño... pero recordó una frase de su madre, que hace tantos años le había dicho, cuando tuvo su primera pesadilla.
Tienes que aprender a leer tus sueños, porque puede haber alguna señal oculta en ellos. Algo que Eywa quiere que impidas o veas.
Sin escuchar los llamados de su hermana salió corriendo, su mente maquinaba rápidamente, tenía miedo de encontrar algo que no quería y más rápido de lo que pensó llegó al murai de los Sully, se escuchaban las pequeñas reprimendas de Jake a Loak y las risas de Tuk y Kiri, pero no se escuchaba a Neteyam, entró con su corazón latiendo a mil, busco a su alrededor pero no encontró al navi que tanto buscaba, cayó de rodillas y si no había sido un sueño y si de verdad lo perdió para siempre, se lamentaba y los navis que había en el murai miraban perplejos la escena.
- Oye, bro...- una mano azulada se posó sobre su hombro, pero no le presto atención y lloro, lloro como si hubiera perdido una parte de su alma
- Dónde está- susurró, su voz apenas era audible, el dolor lo cegaba y la rabia aumentaba, quería destrozar a quien se haya atrevido a quitarle su otra mitad- Donde está!
El grito resonó por todo el lugar, su garganta se desgarró un poco por tan doloroso lamento.
- ¿Quién?- Esta vez fue la voz de Kiri la que se escuchó- Ao'nung, de que hablas?- rápidamente se dio cuenta de que hablaba y se paro enfrente del heredero, se veía destruido, como si hubiese peleado mil batallas sin descansar y su alma se veía atormentada, miro sus ojos, transmitían tristeza, dolor y una gran rabia- Neteyam...- el aguamarina alzó su vista completamente y la miró atentamente esperando algún milagro, no quería perder a su amor, no tan rápido, apenas fue ayer que se entregaron el uno a otro, que probó sus labios y lo escucho decir que lo amaba, no podía perderlo- él fue de caza con nuestra madre... Ao'nung... que pasa?
¿Fue de caza? acaso estaban bromeando con él?
Sus orejas se movieron como un rayo en el momento en que escuchó los pasos entrar al murai, se giro rápidamente sin importarle nada, sin importarle que Loak cayó al suelo y Tuk se asustó con el movimiento tan brusco.
Las voces se dejaron de escuchar y lo único que su vista borrosa podía enfocar era a Neteyam, corrió hasta que sus cuerpos chocaran, inspeccionó de arriba a abajo, miro su cara, no tenía nada, miro sus manos, estaban limpias y por último se atrevió a mirar su pecho, el lugar en el que su corazón palpitaba y enviaba sangre a cada parte de su cuerpo, sus pulmones funcionaban, él respiraba, el vivía, su mente descanso y sin poder creerlo aun, delicadamente colocó su oreja en el lugar exacto en el que se escuchaba el bombear de su corazón. Estaba vivo.
- Neteyam- su voz era ronca, necesitaba un trago de agua fresca- Neteyam- susurro
- Ao'nung?- las manos del omaticaya recorrieron lentamente su espalda baja hasta llegar a sus omoplatos- Aquí estoy- también susurro, como si le estuviera contando un gran secreto a su oreja.
Todos miraban extrañados aquel contacto que tenían el Omaticaya y el Metkayina, Kiri habló suavemente para no interrumpir en aquella burbuja en la que se encontraba su hermano y Ao'nung, en el murai solo quedaron ellos dos, ahora arrodillados. Ao'nung abrazaba fuertemente a su chico del bosque.
- Qué pasa Ao'nung?
-Fue un sueño, un mal sueño...- Neteyam juro que el Metkayina hablaba más para sí mismo que para el
- Qué soñaste amor?
- Tu... Tu morías, por culpa de esos demonios- Neteyam quedó en shock, moria?- Prométeme Neteyam, que pase lo que pase nunca me vas a abandonar, no de esa manera, Prometemelo- sonaba desesperado temiendo que se fuera.
- Lo prometo ma nung, lo prometo- y así sellaron esa promesa con un beso que juraba que nunca se iban a separar, nunca.
Vendrán tormentas, pero con esas tormentas vendrá la paz y la prosperidad.
...........
Okayyy...
Uff, está fuerte, buenoo espero que les haya gustado
Feliz de continuar esta obra, si que si.
Los quiero ❣️
Bye bye
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I SEE YOU
FanfictionDespués de que la familia Sully llegará al pueblo Metkayina, Neteyam se vuelve completamente loco por una persona o más bien por el heredero de dicho pueblo, Aonung, y este aún que lo niega rotundamente, la persona que ocupa sus pensamientos es nada...