El Escudo Invencible ( Mr. Satan en Tate no Yuusha)

Capítulo 6 (Justicia)

En el bullicioso pueblo, Mr. Satán se encontró con la reina Mirelia Q Melromarc. Ella le confesó que se ausentó para discutir con otros reinos sobre cómo enfrentar las Olas de la Calamidad. Aunque se acordó invocar a un héroe por reino, Melromarc convocó a los cuatro héroes en un solo lugar. La reina, buscando calmar la furia de los demás reinos, dejó a un noble a cargo, quien lamentablemente murió en la primera ola.

Comprendiendo la complejidad de la situación, Mr. Satán indagó sobre el porqué del odio hacia el héroe del escudo. La reina reveló que el rey lo odiaba desde hace mucho tiempo, debido a un incidente relacionado con su familia y los semihumanos. Asimismo, reveló que en el reino semihumano de Siltvelt, el héroe del escudo era considerado un dios. Mr. Satán, intrigado, comentó sobre la maravilla de Siltvelt.

En un giro sorprendente, la reina se disculpó por los actos de su esposo y su hija Malty. Prometió apoyar a Mr. Satán y admitir la derrota en la guerra. Además, ofreció la máxima condecoración de Melromarc, un título nobiliario y una recompensa de 500 monedas de oro. Ante esta generosa oferta, Mr. Satán permaneció en silencio.

Inquisitiva, la reina preguntó si eso era insuficiente. Mr. Satán, mostrando astucia, reveló que buscaba algo más: la protección del reino. La reina, reconociendo su inteligencia, aceptó la condición. Sin embargo, la verdadera preocupación de Mr. Satán radicaba en el rey y la princesa. Aunque entendía el odio del rey, consideraba inaceptables los crímenes cometidos contra él. Exigió una resolución definitiva para el problema del rey y la princesa.

La reina, mostrando acuerdo, prometió llevar a juicio al rey y la princesa, asegurando la máxima sentencia. Informó que ambos estaban en el calabozo y serían dejados allí durante una semana. Mr. Satán, conforme con esta decisión, notó un semblante de tristeza en la reina. . . . . .

Una semana después, Mr. Satán y su equipo fueron recibidos como héroes en la capital. Sin embargo, a pesar de las alabanzas, Mr. Satán permanecía serio. Al llegar al palacio, se dirigieron a la sala del trono, donde se encontraron con los otros tres héroes: Motoyasu, Ren e Itsuki. Saludaron a Mr. Satán y le preguntaron sobre las acusaciones en su contra, expresando su felicidad al ver las pruebas que demostraban su inocencia.

A pesar de la decepción de Motoyasu al descubrir las mentiras de la princesa, un noble del palacio los invitó a pasar a la sala del trono. En ese majestuoso lugar, los cuatro héroes, nobles, la princesa Melty y la reina se reunieron. La reina dio la bienvenida a los héroes legendarios, y en ese momento, hizo una señal.

El rey y la princesa Malty entraron esposados y escoltados por guardias. La reina anunció el inicio del juicio de los mayores criminales del reino en presencia de los cuatro héroes.

El rey, desconcertado, preguntó si el "demonio del escudo" le había lavado el cerebro. La reina, con determinación, congeló al rey y le puso una marca de esclavo a la princesa para evitar más mentiras en el juicio. Congelando al rey con su magia, la reina aseguró que el héroe del escudo no tenía tal poder de lavar cerebros. Comenzó el juicio, revelando oscuros secretos y crímenes que dejaron a todos estupefactos.

Anunció el primer cargo: colaboración con la iglesia de los tres héroes. La marca de esclavo activó el dolor cuando la princesa intentó negarlo. El segundo cargo involucraba el intento de asesinato de la princesa Melty, y la marca confirmó la mentira de Malty.

En la solemne sala del trono, la reina Mirelia comenzó el juicio con el primer cargo: la colaboración del rey y la princesa Malty con la iglesia de los tres héroes. La princesa trató de negarlo con vehemencia, pero la marca de esclavo se activó, provocándole un dolor intenso, señal inequívoca de su mentira.

La reina, con incredulidad, expresó su desilusión al pensar que la princesa quisiera derrocar al reino. Malty, intentando justificarse, afirmó que su objetivo era acabar con los cuatro héroes y la realeza, asegurando que jamás colaboraría en derrocar al reino. La marca no se activó, y la reina pasó al siguiente cargo.