10. No me culpes, el amor me volvió loco.

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Ollie Bearman. 

— ¿Entonces Carly no encontró más habitaciones disponibles? — preguntó Elle confundida.

Pasé mi mano por mi cabello, frustrado. Esto no nos podía estar pasando.

— Una maldita cama, solo hay una maldita cama — juro que estaba a punto de darme un tick en el ojo.

Si, ya había dormido aquí la otra noche, pero justo hoy Elle había llegado a Mónaco y no tenía reservación porque el hotel estaba lleno. Así que a Carly se le hizo fácil enviarla conmigo.

— Dormiré en el sofá, no te preocupes — le dije dándole un palmadita en la espalda.

— Pero tú debes dormir bien...

Negué.

— Créeme, a veces el sofá es más cómodo.

— Bueno, gracias de nuevo.

Sonreí y le di un beso en la sien.

— Ni lo agradezcas. Mejor vamos, te ayudaré a acomodar tus cosas.

Eleonor no me dejó ayudarla a acomodar su ropa, así que me mandó con su cosmetiquera a acomodar sus artículos de belleza al baño de la habitación.

Tardamos no más de una hora en acomodar todo, para después dirigirnos a la cocina y sentarnos a comer algunos dulces  postres que el hotel había dejado en una canasta como regalo de bienvenida.

Conversamos un rato aprovechando lo que nos quedaba de la tarde para ponernos al día.

Reímos como locos e incluso llegó un punto donde la conversación se puso profunda y comenzamos a aconsejarnos.

Después de un rato, Elle decidió darse una ducha en lo que nos traían la comida a la habitación y yo aproveche para recostarme en el sofá retomando mi crisis de la noche anterior.  El pensamiento retumbaba una y otra vez en mi cabeza, y tenerla aquí  no ayudaba en lo absoluto.

Era demasiado cobarde al no admitir que estaba perdiendo el juicio por aquella chica que había puesto mi mundo de cabeza en un segundo, aquella periodista que consideraba loca por meterme en un escándalo ¿En qué momento las cosas habían cambiado tanto?

De pasar a ser "la periodista" se volvió "Elle".

Ahora no podía verla con los mismos ojos después de haber probado sus labios, de tenerla en mis brazos y sentir su delicioso aroma que se impregnaba en mi ropa.

Su sonrisa, sus ojos más brillantes que las estrellas, su solo existir.

No. Ollie no.

"Eres más fuerte que esto..."

¿Lo era?

Nada me impedía poder hablar con Elle y decirle toda esta confusa situación... Mentira, si había algo o alguien más bien, que me impedía estar con ella.

George Russell.

Otro británico "guapo", según Gray.

No soportaba verlos juntos, fue un puto martirio verlos reír juntos, compartir miradas que solo ellos entendían y lo peor verlo susurrarle cosas al oído y que ella se sonrojara. 

De tan solo recordarlo me daban...

No. Esa palabra tampoco se podía cruzar en mi mente.

— ¡Oliver! — gritó Elle desde el baño y me puse de pie rápidamente.

Mi corazón se aceleró y la preocupación me invadió ¿Le pasó algo? ¿Se cayó? ¿Hay algún insecto?

Llegué rápidamente y entré a la habitación y desde el otro lado de la puerta di un par de toques.

MY ENEMY OR MY LOVER?Donde viven las historias. Descúbrelo ahora