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Soy un estudiante común entre mis compañeros, pero destaco en mi deporte favorito, el béisbol, donde soy el capitán del equipo de Shizukama y también el Catcher.

Vivo junto a mi hermano menor, Shun, ya que nuestros padres están en Okinawa por motivos de trabajo. La rutina de escuela, entrenamiento y casa solía transcurrir sin cambios notables.

Sin embargo, últimamente, he experimentado sueños intrigantes que no logro entender. Son fragmentados, algunos más claros que otros. En ocasiones, visualizo un hilo rojo brillante en un fondo negro, pero luego la escena cambia a un lugar indescifrable. En medio de todo, escucho el llanto de alguien, tal vez un niño. Busco desesperadamente con la mirada, pero no hay nada a la vista. Estos sueños me provocan dolores de cabeza cada vez que despierto.

Recuerdo vagamente haber escuchado algo similar antes, pero no puedo recordar dónde ni por qué. ¿A qué se deben estos sueños? Es un misterio que me desconcierta.

Un día frío y tranquilo, mi alarma me despierta. Me levanto, me dirijo al baño y luego me visto con mi uniforme. Tras preparar el desayuno, me despido de mi hermano, Shun, y salgo de casa. Durante el camino a la preparatoria, solo me abrigo con una bufanda de color café oscuro y un abrigo liviano para mantener el calor.

Entró por la puerta principal, se dirigió a su casillero para cambiarse el calzado y encaminarse a su clase. Al caminar, escuchó pasos rápidos detrás de él. ¿Quién podría ser sino Tajima?

- Buenos días - saludó Tajima.

Se acercó al azabache, rodeándolo del cuello con el brazo y casi aplastándolo con su peso, provocando un apretón asfixiante.

- Quita esa expresión de tu rostro; a las chicas no les gustan los chicos inexpresivos - advirtió Tajima, soltándolo con fuerza, lo que llevó a Abe a toser.

- Cuántas veces te digo que no te abraces de la gente. No hace falta que tuerzas mi cuello - se quejó Abe, liberándose del agarre de su amigo.

- Lo siento - se disculpó Tajima, retomando su caminar.

Ambos son mejores amigos desde secundaria, compartiendo la misma pasión por el béisbol. Cuando se conocieron, hablaron extensamente sobre el deporte, y Abe invitó a Tajima a unirse a su equipo, decisión que aceptó sin dudar. Ahora, en la preparatoria, comparten equipo y clase.

- ¿Cómo estuvo tu fin de semana? - preguntó Tajima. - Anda, cuéntame.

- Bien, nada interesante, solo entrenar y estudiar - respondió Abe. - ¿Y tú? Tenemos un partido de práctica amistosa dentro de unas semanas.

- Sí, lo he estado practicando en casa. Sabes que no siempre se trata de estudiar y entrenar, relájate un poco - dijo Tajima soltando un suspiro. - Eres tan serio y poco divertido. En cambio, yo salí con mis padres al cine, jugué videojuegos y fui con algunos del equipo a una cita a ciegas.

- Bueno, tienes con quien salir y eres muy social. Yo no tengo tiempo para salir tanto. Shun se queda en casa solo; tampoco puedo dejarlo tanto tiempo - contestó Abe.

- Deberíamos organizar una salida del equipo un fin de semana, podrías traer a tu hermano - sugirió Tajima.

- Ha habido tiempo libre cuando salimos temprano, te invito, pero aún así rechazas - frunció el ceño. - No imagino cómo sería una cita contigo y una chica; probablemente todo se vaya por un caño.

- Eso no es importante - respondió Abe.

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Ambos jóvenes llegaron a su salón y tomaron asiento en sus respectivos lugares, Abe en la última fila junto a las ventanas y Tajima a su lado derecho.

𝐻𝒾𝓁𝑜 𝑅𝑜𝒿𝑜 || 𝒜𝒷𝑒 & 𝑀𝒾𝒽𝒶𝓈𝒽𝒾 || 𝑅𝑒𝓈𝓊𝒷𝒾𝑒𝓃𝒹𝑜Donde viven las historias. Descúbrelo ahora