Aunque las calles estaban vacías por dónde pasaba, la pequeña Eva estaba a punto de llegar a casa, pero el pequeño auto no respondía a sus intentos por volver a arrancar el motor, quedando a la deriva en un callejón justo para poder estar en la seguridad de su hogar, con algo de miedo y valentía se bajó del auto y reviso el motor debajo del capo, por suerte solo debía sujetar mejor la manguera de agua que estaba safada de un lado del radiador, procedió a hacer el arreglo y bajar una garrafa con algo de agua llenando el depósito de este sin estar atenta a sus alrededores, un infectado había escuchado el escándalo del motor hace unos instantes, se acercó a Eva como un depredador hambriento y se abalanzó sobre ella, Eva sintiendo el peso de el infectado solo logro empujarlo hacia atrás con todo su cuerpo callendo de espaldas encima del cuerpo, levantándose casi al instante al escuchar un gruñido y ver cómo esa cosa se ponía de pie y intentaba agarrarla de nuevo, usando su garrafa medio vacía como un arma improvisada intento desesperadamente de golpear la cabeza de aquella criatura, sus intentos fueron en vano creando un sentimiento de desesperación en la chica que vlandia su garrafa ferozmente, golpe tras golpe que ella conectaba en el cuerpo de esa cosa que se inmuta de los golpes desesperados de ella, en un movimiento torpe de su pie derecho dió un paso en falso callendo al piso dejando oportunidad al infectado de caer encima de ella intentando morder su blanca piel alrededor de su cuello que forcejeando con la fuerza de este sintió como su hombro dió un tronido hueco, en un golpe de adrenalina y impulso dejo caer un fuerte cabezazo en la nariz del infectado que este aturdido sedío ante el impulso de la fuerza de ella alejándolo de encima, tomo la garrafa y dió varios golpes fuertes con todas sus fuerzas en el cráneo dejando que aquella garrafa de color azul metálico se manchara de sangre color negra, golpes y gritos por su parte dejando en claro quien era la ganadora de la contienda, callendo rendida en el piso sujetando su brazo izquierdo por todo el daño sufrido comenzó a llorar de frustración, insultando a aquel cuerpo en el piso que antes era una persona común, se levantó lentamente y adolorida mirando el cuerpo con una gran mancha alrededor de su cabeza, miro su cuerpo lleno de sangre negra y asqueada dejo salir el vomito de su garganta, el aroma era algo nauseabundo y el daño resubido le había pasado factura.
-Debo salir de aquí antes de que vuelvan esas cosas- se puso de pie limpiando su boca y sintiendo una punzada en todo su cuerpo acompañado de un calambre como descargas eléctricas por cada centímetro de sus músculos- Pero debo de buscar medicamento antes de que me vuelvan a encontrar o no contaré con más suerte- subió a su auto y este arranco débilmente continuando con su travesía hacia un nuevo destino, el hospital San Louis que estaba cerca de su departamento.La vida en las calles es dura, ni una sola alma humana en los alrededores era visible, solo un par de disparos a lo lejos, junto con gritos desgarradores que seguian aterrando a Eva dejando a su imaginación si realmente era real lo que sus ojos apreciaron hace un par de momentos que sin ningún remordimiento vio como una persona devoraba a otra frente a ella, que sin su reacción rápida ella sería la siguiente y aún así dejando en claro que lo que había hecho no era producto de su imaginación, había acabado ella misma con la vida de una de esas cosas.
El rugido del motor resonó en las calles desiertas mientras Eva maniobraba su auto por un paisaje urbano ahora envuelto en un silencio perturbador.
Las farolas, cuyas luces parpadeante eran testigos de la desolación, apenas lograban iluminar las sombras que acechaban en cada rincón. El sonido de las llantas sobre el asfalto desgastado era un eco solitario en un mundo que había perdido la vitalidad humana.A medida que se acercaba al hospital, la fachada gris y desgastada se alzó como un monumento sombrío. Eva apagó el motor con cuidado, sumiéndose en un silencio solo roto por el ulular lejano de los no-muertos. Las puertas del auto se abrieron con un chirrido tenso, resonando en la quietud del ambiente, marcando su entrada a un lugar que alguna vez fue sinónimo de curación y esperanza.
ESTÁS LEYENDO
Abyssus: lágrimas de inocencia
AcakEn un mundo donde la esperanza parece haber desaparecido, un virus diseñado para restaurar el equilibrio ecológico ha desencadenado un apocalipsis. La clave para la cura reside en un líquido cerebral presente únicamente en niños menores de 8 años, y...