Beatrice

Al entrar a mi habitación, lo primero que hago es abrir la ventana y soltar tremendo grito.

— ¡ME CAGO EN LA PUTA! —al acabar, suelto todo el aire, me arde la garganta, pero sinceramente, me la pela.

Oigo como llaman a mi puerta, preocupados, pero paso de eso, me tumbo en la cama y miro al techo, llegado un rato acabo dormida...

***

Me duele la cabeza, no quiero levantarme, pero tengo que ir a clases.
Clases...

Por las clases empezó todo, por la falta de dinero trabajo en el McDonald's... Por culpa de no tener la beca y que mis padres no me traten de perfecta, como a Julia.

Me levanto mientras suena el despertador, a decir verdad no me apetece seguir con esta rutina.
Levantarse → Clases →Comer →Trabajar
→ Dormir.

Y así una y otra vez... Sin parar...

Mucha gente diría que es monótono, aburrido, rutina.
Otros dirían que es divertido, tranquilo, pacífico.

¿Pero yo?
Joder, soy Beatrice Johnson.
Yo digo que es un caos, algo que te acaba aburriendo después de mucho tiempo, algo que no te sirve para nada a fin de cuentas y solo sigues debido a la puta rutina de mierda.

Eso me pasaba a mí.

Esa era mi palabra vetada.
"Rutina".

La primera vez que la oí fue mientras mi madre hablaba por teléfono a gritos.

***

— ¡Joder, no! ¡Estoy harta de esta puta rutina de los cojones, Josh!.... ¡No voy a seguir trabajando ahí!... ¡Dimito!... ¡Sí puedo hacerlo, Josh! ¡Lo acabo de hacer!... ¡Seré autónoma!... ¡Me da igual no ganar dinero los primeros años!... ¡Seré mejor que tú! ¡Ya lo verás! —dijo y colgó.

***

Poco a poco te acostumbras a la rutina, pero al principio no.

Eso nunca.

Nunca debes acostumbrarte a la rutina por muy bonita que sea.

Me cambié de ropa y salí de mi habitación.
Fui a la cocina a desayunar y le vi.
Por primera vez en años, supe que nunca me había sentido igual, excepto cuando conocí a esa chica...

Aún recuerdo que me sonrió y me enamoró, solo con su sonrisa.

Pero... ¿James enamorándome?
Ya le gustaría a él.

Empecé a desayunar.
Terminé.
Fui a clases rápidamente.
Al llegar al campus, vi a una pelirroja, perdida así que me acerqué.

— ¿Perdone? ¿Está perdida? —ella se giró, tenía unos ojos verdes hermosos y encima me había sonreído, no me lo creía.

— Sí.... Verás, estoy buscando el campus de periodismo. ¿Sabes cuál es?

Le sonreí.

— Claro, a ese voy yo, ven, te acompaño.

Me da la mano y yo la guío hasta el campus.

— Gracias —me dice al llegar.

— No es nada.

— Soy Maiyin ¿Y tú?

— Beatrice ¿acaso estudias aquí? Es la primera vez que te veo.

Ella me sonríe avergonzada.

— No, que va... Vengo a buscar a la nueva novia de mi hermano... —Dijo con asco, ¿por qué le tendrá asco?

— Uh.... ¿Puedo saber el por qué ese tono de asco?

— Porque el idiota de mi hermano engañó a la mejor mujer que iba a conocer en su maldita vida con esa zorra, encima somos super parecidas su nueva novia y yo... Y eso no me gusta.

— ¿Por qué tu hermano engañó a su novia? —pregunté, la curiosidad me mataba, no lo negaré.

— Porque mi padre está grave en el hospital y necesitamos bastante dinero, su nueva novia es millonaria así que ahora no tenemos problemas.

— Vaya.... Espero que se recupere pronto, yo ya me tengo que ir a clases, pero fue un placer conocerte, Maiyin —le digo con una sonrisa y me voy a mi clase antes de tiempo.

Al acabar las clases, vuelvo andando a casa, la verdad, me siento tranquila... Excepto porque James ahora vive conmigo, diría que tengo una vida preciosa.

Al volver a la residencia, saludo a Lucía, la portera.

— ¡Hola Lucía! —Le digo.

— Hola Bea, he visto a tu chico entrar al edificio. —Dice, creo que se refiere a James y os dejaré una cosa clara.
Él. No. Es. Mi. Chico. Ni. Lo. Será. Nunca.

Ya hablaremos a mitad del libro sobre eso.

— No es mi chico —digo con mala cara.

— Lo que tú digas, Bea —dice sonriente.

— ¿Sabes? Me he encontrado con una chica majísima hoy en la uni.

— ¿En serio?

— Sí

Después de contarle lo ocurrido, voy a casa, en donde, nada más entrar, veo a James... ¿Con una chica? Ah... ¿Qué tiene vida social?

Cinco puntos para Slytherin por averiguar algo obvio.

James, al verme en la puerta, se gira y me sonríe.

— Buenas tardes, Beatrice. ¿Qué tal tu día?

— Mal.

— ¿Por qué?

—Porque te he visto. —le digo y voy a la cocina de golpe.

Me hago la comida, como (cosa obvia) y voy a mi habitación.

Al entrar, me doy cuenta de que está echa mierda... No soy muy ordenada, peor vivo en mi caos propio y eso me gusta.

— Bueeeno... —miro mi móvil, un mensaje nuevo...

Ponte a rezar, querida.

Liz

Liz: Tía, te han dado día libre :) que suerte.

Yo: ¿Día libre? ¿Ahora que haré por la tarde?

Liz: ¿Ordenar tu mierda de habitación?

Yo: Sí... Eso haré.

Guardo mi móvil y empiezo a ordenar poco a poco.

Horas más tarde, me entra sueño, así que me tumbo en la cama.

Noches de inviernoDonde viven las historias. Descúbrelo ahora