𝙃𝙀𝘼𝙏𝙃𝙀𝙍 (ヘザー) || 𝑰𝒕𝒂𝒇𝒖𝒔𝒉𝒊.

PARTE ÚNICA.

⚠️ Precaución, está historia contiene niveles altos de desamor, estrés y desilusión. Leer bajo la responsabilidad del lector/a.

Canción inspirada en este One-shot:

Cabe destacar que la historia será narrada desde la perspectiva de itadori, como si él estuviera escribiendo un libro.

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"¿A que me aferro tanto... A tus ojos que no me miran o a tu corazón que no es mío?"

- Ózdemir Asaf.

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Se sentía tan cálido aquel suéter de color azul que tanto usaba Megumi. Recuerdo que casi siempre que íbamos a su casa en invierno a propósito no llevaba mi chaqueta con tal de que el pudiera darme un pedazo de su espacio, un pedazo de él, un pedazo que solo fuera mío y que no compartiera con ella. Un pedazo de aquel hermoso y fino suéter que presumía.

No podía culparla, ella era una mujer hermosa de cabello castaño, tenía un gran físico. Maldición Nobara era perfecta y yo, tan solo no era para nada lindo, no era aquel chico que Megumi podría voltear a ver. Somos amigos los tres desde que estamos en pre escolar. Hemos pasado tantas cosas juntos que aveces olvido que somos tres. Por que en mi mente, tan solo desearía que fuéramos dos.

¿Cómo pude ser capaz de enamorarme de un corazón que ya late infinitamente por otro?, desearía ser ella. Desearía que Megumi me viera a los ojos con amor, y no que me mire como si no fuera nada para su vida. Que me viera como me ha visto desde siempre, como su único y gran amigo.

Por que, Dios, cuando mira a Nobara es como si viera un pedazo de su corazón salir desde su pecho. La ama tanto, ¿pero por qué no puedo alejarme?, ¿por qué simplemente no tomo mis maletas y me mudo a Florida con el abuelo?, soy un tonto aferrado a alguien que no me ama, ni me amará. Aún si así yo fuera capaz de darle el mundo entero.

— ¿No es cierto, Megumi...?— Hablé en voz alta, por un segundo olvidé que nuevamente estaba en su casa, observando a los tortolos ser cariñosos como si yo no existiera. ¿Cuándo fue la última vez que me sentí cómodo en este lugar?, ya casi ni lo recordaba.

— ¿He?, ¿Qué cosa es cierta, Itadori?— Me respondió de manera tan dulce, dedicandome una de esas tantas sonrisas que aveces pensaba que podían ser de amor. De una mínima posibilidad de amor.

— Nada, solo pensaba en voz alta.— Solté una suave sonrisa para poder levantarme y tomar mis cosas.

— ¿Pensabas en Megumi en voz alta?, como si estuvieras enamorado de él, tonto.— Me miró la castaña. Sabía que no fue con mala intención, la conozco hace tantos años que muchas veces olvidaba el humor insensible que se cargaba.

Aveces desearía que estuvieras muerta.

— U-uh..— Me sentí tan incomodó, sentí incluso ganas extrañas de vomitar como me sentía, de decirle que no tenía nada de malo amar al imbécil de cabellos en puntas. Y que por mucho que estuviera con ella, este amor se mantendría intacto.— Tan tonta como siempre, ¿No?, aveces deberías moderar aquel humor tuyo.— Colgué mi mochila sobre la espalda.