V

530 50 21
                                    

¿Nada? —pregunto Cellbit.
Nada. — contesto Aldo.

Llevaban todo el mes buscándolo; tuvieron que cambiar de plan, Cellbit se preparaba mental y físicamente para el día donde lo iban a sentenciar.

Todo estaba para la mierda.

Dividiremos las tropas en la mitad. No sé por que digo tropas si la verdad nada más son diez personas. —
Ambos estaban cansados : preparar todo para mañana, eso es lo que deberían estar haciendo no obstante, se están concentrando en buscar a Roier.

De este mismo solo tenían una pista, estaba ubicado en un lugar no demasiado lejos de la estación de policía, era algo bueno.

Pero la pregunta era ¿Cúal de todas las casas... era la correcta?

Exacto... No sabían.

—No ves nada

¡Ay! Esta imagen no sigue nuestras pautas de contenido. Para continuar la publicación, intente quitarla o subir otra.

No ves nada. ¿Cierto? —

Los susurros eran increíblemente irritantes, peor aún, a Roier no le agradaban los susurros y mucho peor si eran de Quackity. Alguien con el que compartió un pasado... espantoso.

Si viera algo, ahora mismo, te partiría la cara en pedazos. Hijo de puta. —

Seguía en el mismo estado, pies, manos y ojos con un fuerte lazo, para impedir que se arme algo loco.

Y el espacio... seguía siendo claustrofobico.

Bueno, cálmate. Sé que tenemos un pasado feo no obstante, lo podemos arreglar ¿no? —

¡No! ¡¡Lo que me hiciste sufrir fue espantoso!! — negaba incontables veces la cabeza, recordando cada masoquista recuerdo.






























—¡Ro! ¡¡Mira!! ¡¡¡Una paloma!!! —

— ¿Y que gano yo con ver una paloma? — bufo Roier.

Pendejo, la paloma, ¡esa paloma qué esta justo allí! Es un animal de paz, como los policías, que buscan paz. — habló tranquilo, viendo como esa paloma... blanca y con sus ojos brillantes de color verde, volaba por los cielos.

—¿Policías?  Buscas paz, en este mundo, lleno de injusticia, maltrato, maltrato animal, secuestros, violaciones a menores como nosotros... En serio, ¿buscas paz? — pregunto, después de mencionar aquellas horribles... hechos, que ocurrían frecuentemente.

¡Se puede arreglar! ¡Roier! ¡¡Hagámonos policías y busquemos esa paz que ambos queremos!! — sugirió Quackity con entusiasmo.

¿Es una promesa? Espero que sea así, por que yo, si la voy a cumplir. — sonrió.

Claro, una promesa pasajera para Quackity. Que unos años después, la cambiaría.

Maltratando así a su "querido" mejor amigo.

𝘼𝙢𝙤𝙧 𝙚𝙣𝙩𝙧𝙚 𝙡𝙖𝙨 𝙧𝙚𝙟𝙖𝙨 / 𝘨𝘶𝘢𝘱𝘰𝘥𝘶𝘰!Donde viven las historias. Descúbrelo ahora