VI

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Sangre recorría por las manos y parte de él cuerpo de ambos chicos.

Al igual que miserables cuerpos sin vida también le recorrían la sangre...
Una satisfacción grande para los dos presentes, para darle más lujuria, se dieron un beso lleno de amor y algo más que amor... Pasión, tal vez.

Cellbit siendo el dominador y Roier dejándose llevar por sus deseos...
Jadeos ahogados salían de la boca de el pelinegro, el mayor lo also a sus piernas (estaban en una mesa cercana) y Roier no tuvo mejor reacción que quitarse su camisa, para que éste dejara marcas alrededor de esta.

-Te vez... Jodidamente caliente así, Roier. - dijo el castaño para dejar plantado chupetones en su cuello y pectoral.

Los brazos de Roier estaban enrollados en el cuello de el mayor, siguiendo el beso lleno de calentura. Muy fácilmente, Cellbit se quito también la camisa, dejando ver así sus músculos que tanto apasionaba ver Roier.

En cualquier momento, ya ambos estarían sin ropa, pero no pasó por que alguien los había interrumpido, ocasionando que Roier se tapara rápidamente su cuerpo.

—Lamento interrumpir. Pero los demás están preguntando por ustedes... — murmuró Aldo. Se fue muy rápidamente del hospital, y justo en el momento más incómodo que pudo haber existido.

Y-yo... Ya vamos en seguida al hospital, me voy a cambiar de ropa en mi casa. ¿Me acompañas, Gatinho? —  cuestiono el pelinegro.

Bueno... Vamos. —

Ambos se pusieron una ropa decente, y salieron de la casa de Roier

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Ambos se pusieron una ropa decente, y salieron de la casa de Roier.

Llendo hacia el hospital, casi se elevan un poco las cosas. Por la obvia calentura de el pelinegro.

Vamos~... ¡Algo pequeño! — suplicaba Roier.

Guapito... Estamos en medio camino... — suspiro — Esta bien, pero no nos elevemos mucho. —

Roier al escuchar eso, se abalanzó a besos apasionantes. Deseando más y más marcar ese cuerpo trabajado de Cellbit. El castaño no hacía más que quitarse su camisa y la de su amado.

(cabe aclarar que parquearon en un lugar cercano)

Todo el cuerpo de el menor marcado por chupetones y marcas notorias.

Sé que quieres más que besos, mi príncipe... — susurro en la oreja de el pelinegro. —Tranquilo, pequeño... Ahora lo tendrás... — mordio un poco su oreja, eso lo dejaría con otra marca.

Roier se erizo bastante, llegandole una adrenalina notoria. Éste se movía seductoramente.

Yo creo que eso funcionará. — murmuró Roier.

No creo... Necesitarás más que moverte para provocarme.- sonrió. —Basta, cariño. Tenemos que ir a el hospital tan pronto posible. — lo apartó con un dulce beso en la frente y arranco el carro.

Que malo era Cellbit... Roier lo anhelaba...




Holi :) un capítulo cortito, para que no esperen mucho para el otro.
Pronto lo subiré, aunque no prometo nada. ^^
Que tengan buen día, tarde noche.

𝘼𝙢𝙤𝙧 𝙚𝙣𝙩𝙧𝙚 𝙡𝙖𝙨 𝙧𝙚𝙟𝙖𝙨 / 𝘨𝘶𝘢𝘱𝘰𝘥𝘶𝘰!Donde viven las historias. Descúbrelo ahora