cazadora de demonios

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Hola, mi nombre es Kiara Hunter, solo soy una adolescente de 17 años o al menos eso es lo que piensan todos, la verdad es que soy una cazadora, una de las pocas que quedan en el mundo.

Provengo de una de las familias más importantes de cazadores, por lo que mis padre empezaron a entrenarse a una edad temprana, a los 5 años comencé mi entrenamiento, a los 8 ya era capaz de utilizar todo tipo de armas, a los 10 era capaz de hacer todos los hechizos defensivos y ofensivos conocidos y muchos mas que habia creado yo, a los 12 maté a mi primer demonio era un perro infernal y a los 15 ni siquiera mis padres podían vencerme. Poco después de cumplir 16 años mis padres fueron a una misión de la que nunca regresaron. Y ahora tengo 17 años, he decidido entrar en una escuela, aunque no lo necesite ya que con mis padres aprendí en casa todo lo necesario, pero tengo un mal presentimiento de lo que va a suceder.

Hoy es mi primer dia de clases, la verdad estoy un poco nerviosa, es la primera vez que voy a una escuela, la verdad no vengo a hacer amigos ni a estudiar, la razón por la que vengo es porque tengo el presentimiento de que los demonios atacarán y quiero convertir esta escuela en un sitio seguro para las personas, o al menos salvar a algunos.

Me dirigí a secretaria a por mis horarios, mi primera hora era biología, cuando entre la profesora y los demás alumnos se quedaron mirándome, antes de decir nada hice un rápido reconocimiento del lugar y de las personas. Pero mis pensamientos fueron interrumpidos por la profesora - Tu debes de ser la señorita Hunter- dijo ella - Si, mi nombre es Kiara Hunter tengo 17 años y antes estudiaba en casa- respondí yo - siéntate en el asiento vació al final de la clase- dijo ella, yo solo asenti y me diriji a donde me indico.

Pasaron las clases hasta que llegó la hora del almuerzo, todos los demás estudiantes salieron de las clases, pero yo me quedé, una vez que estuve sola saque un pequeño frasco de sangre de demonio y me corte para tener un poco de la mía, comencé a hacer un hechizo para que los demonios no pudieran entrar en esa clase, para que el hechizo funcionara bien debía repetirlo durante unos días, cuando termine fui a la cafetería y así estuve durante los siguientes 10 días. Al día siguiente como ya había una clase completamente protegida decidí tomar un descanso, así que fui directamente a la cafetería.