I Hate To Love You

Capítulo 7

Los chicos se despiertan con el sonido de la puerta, Naia se levanta y abre somnolienta.

Cuando se dirige a la puerta, vé a Mult durmiendo en el patio.

-- ¿Qué mierda haces ahí?

-- Hola Nai buenos días.

-- Te dije que no me llames así.

Naia se fija por la mirilla de la puerta quién era el que estaba allí afuera. Se sorprendió mucho al ver a sus padres allá.

-- Tenés que irte. Ya mismo -- Dijo empujando a Mult hacia el patio nuevamente.

-- ¿Bueno? ¿Por qué?-- Preguntó Mult confundido.

-- Luego te explico.

Mult medio dormido se fué por el patio escalando las vallas.

Naia se vió en el espejo para arreglarse el pelo sin notar el chupón que se le marcaba en el cuello.

Abrió la puerta y recibió a sus padres.

-- Hola hija, ¿Cómo estás?

-- Sobreviviendo, ustedes me despertaron.

-- No seas tan fría con nosotros Naia -- Le dijo su madre.

-- Si si, ¿Quieren café?

-- Está bien.

Naia se dirige a la cocina a preparar el café para sus padres y el desayuno para ella. 

-- ¿Por qué vinieron?

-- Solo queríamos ver como estabas.

-- Bueno, ya me vieron. Se pueden ir.

-- Pero no seas así hija.

-- ¿Así como? ¿Cómo si no me hubieran echado de mi propia casa?

-- Sabes que lo hicimos por tu bien.

-- Por mi bien las pelotas.

-- Ese vocabulario no es propio de una Rhandon.

-- Ah, ¿Todavía soy una Rhandon? Wow, no lo sabía.

-- Si te hubieras comportado como tal no estarías aquí ahora.

-- ¿Y qué iba a cambiar? Díganme, si yo me hubiese comportado con clase, sin escándalos ¿Qué hubiera cambiado? Sebas se comportó exactamente así y aún así se tuvo que ir de casa porque no soportaba el trato de ustedes.

-- No compares a Sebastian con vos. Son casos completamente distintos.

-- Todo esto fué solamente porque Sebas es gay. Ustedes me tratan bien ahora. Pero si yo dijera que me gustan las mujeres no me dejarían ni siquiera ver el patio de casa otra vez.

-- Hija. Estás cruzando la línea.

-- Me cansé de ustedes dos, me voy a cambiar.

Naia pasó por entre los dos para dirigirse a su cuarto. Sin embargo, en un descuido dejó ver el chupón en su cuello, haciendo que sus padres se irriten aún más.

-- ¿¡A dónde crees que vas!? ¿¡Qué es esa marca en tu cuello jovencita!?

-- ¿Qué? ¿Me van a decir algo o qué? Yo hago lo que quiera ahora que ustedes se libraron de mí tan fácilmente.

-- Es suficiente -- Dijo su padre levantando su mano y pegándole una cachetada.

Naia cayó por el impacto y dijo:

-- Ja, ¿Ahora son maltratadores? ¿Qué clase de padres son ustedes?

-- Nos estás faltando al respeto, compramos esta casa para que estés cerca de los estudios. No para que traigas a cualquiera a  hacer sabe Dios que cosas.