Pasaron horas, Lee a un seguia dormido junto a la niña sumergidos en completa oscuridad. Por medida que pasaba el tiempo hacia mucho más frío, tanto que los dedos de Lee comenzaron a congelarse. Su cuerpo temblaba del frío, la niña se había despertado al sentir el cuerpo de Lee enfriarse, la pequeña se acerco a su rostro y le lanzó una fuerte abofetada pero este no reaccionaba de ninguna manera, si seguía ahi, a Lee le daría hipotermia. La niña no le afectaba el frío debido a que era una de aquellas sombras, preocupada intento despertarlo de muchas maneras pero nada, sus signos vitales disminuían cada vez, la niña estaba paranoica, no sabía que hacer en esta situación, grito y e intentó pedir ayuda pero esto era tecnicamente imposible ya que si ella no ha podido escapar de aquel vacío negro durante más de mil años menos lograría salir ahora.
Está se arrodillo en el suelo y simplemente se quedó ahí, las manos de Lee ya estaban completamente congeladas en este punto. La niña depcionada solo se desvanecio en el aire como polvo, solo quedaba el cuerpo de Lee tirado en el medio de la oscuridad, ahora sus piernas estaban por congelarse, al igual que todo su cuerpo, cuando ya parecía que era el fin una pequeña puerta se encontraba al lado del cuerpo de Lee, no se notaba debido a la oscuridad que habia pero detrás de aquella pequeña puerta se escuchaban golpes y una voz de fondo, la puerta se rompió, sin embargo la luz que emitía de afuera no era suficiente y a un no se veía nada, se escuchaba una voz de fondo.
— “¿¿Qué carajos, una rata??” — exclamó Mary sobresaltada con una expresión de asco al ver salir una rata de aquella ""puerta"", se acercó al agujero que había hecho y noto que Lee estaba ahí tirado en el suelo, estuvo pensando en si dejarlo ahi e irse,
“Pero eso sería muy cruel de mi parte”
Pensó para si misma mientras se veía sus dedos sangrando,
— “Creo que puedo sacarlo de ahí”—
Dijo en un tono bastante bajo, agarro el cuerpo de Lee agresivamente sin tener algún cuidado, esto provoco que se raspara la piel en algunas partes de su cuerpo, al sacar al Lee de allí la puerta simplemente desapareció sin explicación. Mary tenía a Lee tirado en el piso, se agacho y se aseguró de que estuviera con vida revisando sus signos vitales los cuales eran bastantes lentos, su piel y manos aun seguían congeladas, lo más preocupante era que Lee a un no despertaba.
Pronto morirá si no resiva calor a su cuerpo, en un principio Mary pensó llevarse a Lee en un saco o arrastrarlo, pero eso sería demasiado agresivo. No tuvo más de otra que llevárselo cargado en la espalda.
— “Diosmio, no soy de cargar hombres pero este si que pesa” — dijo Mary mientas intentaba no caerse de lado a lado en cada paso que daba
Aun sostenía a Lee, vio a una niña pasar a lo lejos. Mary se quedó confundida por un momento,
"tal vez solo fue una alucinación"
pensó, no quería estresarse más de lo que estaba, siguio caminando con la esperanza de poder encontrar una habitación segura para poder sobrevivir, subió escalones hasta llegar hasta la última planta y se dirigió hasta la penúltima habitación, en esa no había entrado nadie ni muerto nadie. Al entrar cerró la habitación con seguro y hecho sal alrededor de la puerta, esta había agarrado un poco de la cocina, tiro a Lee en el piso sin ningún cuidado alguno, y agarro unas sábanas de la cama y simplemente se las tiro encima.
— “Perfecto, si se muere no es problema mío” — susurró para luego recostarse en la cama
Mary estaba exhausta, con los dedos y las uñas aún lastimadas. Necesitaba desinfectárselos y vendarse antes de que empeoraran. Suspiró y revisó bajo la cama en busca de un botiquín de primeros auxilios. Aunque había encontrado uno en otras habitaciones, no había ninguno en esa, lo que la frustró. No quería volver a las otras habitaciones debido a la pesada aura que sentía, pero no tuvo más opción que salir. Empujó bruscamente a Lee a un lado y se fue, dejándolo inconsciente en el suelo. Su cuerpo ya no temblaba y sus dedos estaban menos fríos, aunque aún tenía la piel fría.
Después de unas horas, Mary regresó con el botiquín, despeinada y con signos de haber luchado contra una de las sombras. Al abrir la puerta, "accidentalmente" pisó los dedos de Lee. Subió a la cama e intentó desinfectarse los dedos con el alcohol del botiquín. El ardor era intenso; hacía muecas y se movía nerviosa mientras se aplicaba el desinfectante. Tras desinfectarse por completo, se vendó los dedos, soportando el dolor durante varias horas.
Mary, pensativa, miraba al techo mientras Lee seguía inconsciente. Se preguntaba si estaba muerto.
"Quizás debería sentir un poco más de empatía y no dejarlo en el suelo,"
pensó, y con esfuerzo intentó levantarlo para colocarlo en la cama. Sin embargo, dejó caer a Lee cuatro veces. En una de esas caídas, la cabeza de Lee golpeó el suelo con tal fuerza que le causó un pequeño rasguño en la parte trasera del cráneo. Afortunadamente, la herida no era profunda, solo un pequeño rasguño. Finalmente, Mary logró ponerlo en la cama y seguía preguntándose por qué no despertaba.
—“¿Está en coma?”—preguntó una voz misteriosa desde debajo de la cama. Mary se sorprendió; se había asegurado de que no hubiera nadie allí.
¿Podría ser una sombra?