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Últimamente en el Palacio de Barkingburg todo era gritos y peleas, la pareja discutía y peleaba por cualquier cosa, el ambiente se había vuelto tenso y los empleados no sabían como reaccionar.

Durante una acalorada discusión, entre Kingston y la Princesa canina Skye, Kingston le exigió que se le diera el respeto por su posición ya que el era su esposo: pero Skye estaba por sobre él, pues era la prima hermana de Sweetie.

Kingston: ¿Sabes quién soy? -le preguntó a su esposa-

Skye: -respondió- Eres un Maldito animal Y ¡Nunca serás nada! -le gritó la princesa- ¡La única sucesora soy yo! Me ocuparé de eso -aquella amenaza puso rojo de cólera a Kingston-

La tensión en la residencial oficial solo aumentaba con el paso del tiempo. Ninguno se soportaba, Skye estaba harta de tener que fingir tener el Matrimonio de cuento de Hadas, que la familia Real junto consejeros Reales habían creado ¡una maldita mentira de la cual ya estaba cansada! Solo dios sabe lo mucho que luchó para salvar su matrimonio, pero ya no lo haria más.

La Skye amable y tonta de la cual Tiffany y los amigos de Kingston se burlaban se había terminado, ahora era ella quien llevaría el control, ya no pensaba llorar por su esposo ¡Ya no mas!

Ella era una mujer fuerte, la princesa que empieza una nueva dinastía y era hora que todos la respetaran, era la princesa y era momento de hacerse respetar.

Kingston: Esto no esta funcionando Skye -Kingston llevó sus manos a su cabello frustrado- Ninguno es realmente feliz en este matrimonio, lo mejor es divorciarnos.... estoy harto de ti, de tus reproches, de verte todos los días, ¡Estoy harto de todo lo que tu representas!

Skye se sentía humillada, pero debía mantener la cabeza fría, jugar bien sus cartas si quería vengarse de Kingston, ya le tocaría a ella humillarlo, después de todo quien ríe de último ríe mejor. Kingston esperó la reacción de Skye, no era la primera vez que hablaban sobre el divorcio y en todas ellas su esposa terminaba llorando, incluso rogando para salvar su matrimonio, la última vez incluso recurrió a los reyes " Dios como la odió en ese momento " el solo quería su libertad para poder ser feliz con la mujer que amaba: Tifanny. Ambas mujeres eran tan diferentes, mientras Skye disfrutaba la atención, desafiarlo llevarle la contra, Tiffany era todo lo contrario, lo hacia sentir amado y le daba la razón en todo, jamás cuestionaba nada de lo que el decía y eso fue lo que lo atrajo de ella, lo respetaba.

Skye: Como quieras Kingston, también estoy harta de esta maldita situación, has logrado que te odie, que me des asco, ¡Eres un títere en manos de esa mujer! -escupió la princesa con todo el desprecio que en esos momentos sentía- ¿Quieres estar con la otra? ¡Adelante! Nisiquiera vale la pena seguir peleando por lo mismo. Este matrimonio esta muerto, ambos son tal para cual se merecen el uno al otro, ¡Tú eres un niño con falta de atención, patético, que necesita que una cualquiera le haga cumplidos y ella no es mas que una mujerzuela que no tiene nada!

La cara de Kingston era un verdadero poema, estaba rojo por la rabia, las palabras de Skye eran tan hirientes pero al mismo tiempo estaba intrigado por el cambio tan repentino de su esposa. La Skye que el conocía estaría llorando, rogándole para que intentaran salvar su matrimonio, pero la mujer que tenia enfrente era tan diferente, su rostro era frio, sin expresión alguna y eso lo confundió e intrigo.

Skye: Lo único bueno de este matrimonio soy yo, y por mi prima soporte esta farsa, tus constantes infidelidades pero se terminó. ¿Sabes que fue lo que me hizo darme cuenta que esto se terminó? ¿Sabes cual fue la gota que derramo el vaso? -lo cuestióno, al ver que el príncipe esperaba su respuesta prosiguió hablando- Fue tu maldita indiferencia, cuando Marshall y Chase regresaron de Londres luego de que Marshall conociera a los que hicieron sufrir a su tía abuela, dime Kingston, ¿Dónde estabas? -su marido estaba mudo, no sabia que responderle- Preferiste ir a ver una obra de teatro y de seguro dormir con Tiffany que quedarte a su espera ¿Sabes? no esperaba que te quedaras, después de todo deje de esperar alguna consideración de tu parte, pero tontamente pensé que lo harías por Marshall, mi amigo, nuestro príncipe, descendiente de una verdadera reina, nuestro amigo... Fue en ese momento que me di cuenta que lo nuestro esta muerto, me di cuenta que no vale la pena luchar por algo que jamás fue real.

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⏰ Última actualización: Jan 25 ⏰

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