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Había pasado una semana desde la llamada de Lucas y la verdad no había tenido mucho tiempo para pensar en todo lo que se me venía encima. Había estado toda la semana de la discográfica al teatro y a casa y así continuamente. Por fin después de 5 años iba a sacar mi primer disco y además estaba preparando una obra musical con Manu Guix, él siempre confío en mí al salir de la academia. Lucas había creado un grupo con los 16, el cual siendo sincero no había mirado nada más que para confirmar asistencia, total si pasaba algo importante Ruslana o Kiki me avisarían. Habían decidido ir al chalet de Lucas a pasar el fin de semana todos juntos.
Llegó el domingo y aunque lo único que quería era dormir hasta el fin de semana siguiente, tenía que ordenar el desastre de casa que tengo, después de esta semana de caos, los platos se habían apilado en el friegaplatos, la ropa sucia en el cesto o por toda la casa y todas mis libretas de canciones repartidas por mi cuarto.
Una vez todo terminado decidí sentarme en el sofá y meterme a redes por primera vez en la semana. Aunque casi hubiese sido mejor no hacerlo. Todas mis redes estaban inundadas de una foto de Juanjo saliendo de un bar anoche, se le veía un poco borracho e iba con el brazo por encima de una chica más o menos de su edad, obviamente todo el mundo ya especulaba un supuesto romance y a mí inevitablemente se me encogía el corazón. No es la primera noticia que veía de Juanjo involucrado sentimentalmente con alguien, pero si la primera en la que lo veía sonreír. No podía apartar mis ojos de él, estaba más definido muscularmente y con barba de una semana, esa que antes tanto odiaba.

Cerré Instagram y escribí a Ruslana para ir a tomar un café, me contestó inmediatamente aceptando así que me vestí y cogí el coche hacía su casa, una vez bajo me tuvo esperando 5 minutos hasta que por fin abrió la puerta del copiloto. La sensación que tenía estando con ella era inexplicable, aunque nos viésemos menos de lo que nos gustaría, cada vez que la veía era como si hiciese unas horas de la última quedada.
- ¡Hola bebé! - me da un beso en la mejilla y se abrocha el cinturón- ¿Qué tal la semana? ¿Mucho curro?
- Un no parar Rusli, ya sabes, discográfica, teatro..., pero bien. ¿Y tú?
- Igual, componiendo ahora, y aprovechando para pasar tiempo con Omar. He hablado con Lucas sobre el finde que viene para que no haya problemas, tú tienes tu habitación ya asignada con Chiara y Bea- le hago una mueca de agradecimiento, con la suerte que tenía, hubiesen repartido por suertes y me hubiera tocado con Juanjo.

Cuando llegamos a nuestra cafetería de confianza nos sentamos y comenzamos a charlar de mil cosas diferentes, anécdotas de mis vacaciones en Getxo, de las suyas en Tenerife con Omar, incluso anécdotas de la academia de las que 5 años después nos siguen sacando lágrimas de risa.
- Jamás podría olvidar esa ostia Rus, fue buenísima- la cara de Ruslana cuando levanta la mirada hacia la puerta, la cual está detrás mío, se transforma en un cuadro, lo que me incita a girarme al instante.

Esto no puede estar pasando.

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¡LO SIENTO! Lo que menos quiero es dejaros con la intriga así que os dejo el tres a continuación también.

Espero que os esté gustando, yo me siento súper agradecida con el recibimiento que le estáis dando y todo el amor, dejadme muchos comentarios que me encanta leeros.

Un besitooo.

Volver a verte | Juantin Donde viven las historias. Descúbrelo ahora