𝗥𝗲𝗹𝗮𝘁𝗼𝘀 𝗗𝗲 𝗧𝗲𝗿𝗿𝗼𝗿

Circo

Varias personas estaban emocionadas por el circo, pues pensaban que sería genial, completamente una estafa, las personas salían o heridas o solamente serias, como si les hubiera pasado algo, soy una reportera que siempre le causó intriga aquel caso tan particular, y decidí ir, aunque mi cuerpo se negaba y mi atención se centraba en eso, no dude en conseguir una entrada, cuando menos me lo esperé allí estaba, de pie. Mirando la insignificante carpa de colores divididos en vertical, rojo y blanco, su campaña parecía ser muy buena, había demasiada gente en ese lugar, al llegar mi turno me reconocieron y dudaban si dejarme pasar o no, sospechando le dije un nombre falso y me creyeron dejando al paso a la entrada del circo.

Y vaya que no estaba tan mal como aparentaba, era grande con gradas al máximo de gente, niños o familias, comiendo algodón de azúcar o conversando antes del show, me senté en un lugar donde la vista era buena y ya daban el comienzo, mis manos, si mis manos sudaban, los nerviosos de lo que pasaría estaba por descubrirse, me sorprendió ver a un anciano con un traje color chillón y un bastón con decoración de serpiente, tal vez sea alguien más, pero era el presentador, comencé a grabar para mi reportaje, pues primero lo normal, vista a los animales y acrobacias con ellas, junto a eso se encontraba un león de desobedecía al anciano, el cual todos lo tomaron como burla ya que parecía enojado, oh más bien deseoso. 

La mayoría observaba con entusiasmo, alegría y otros eran como enojo y frustración, pero a todas emociones bajaron a miedo, anunciaron un nuevo show que trataba de casos paranormales, por lo que me quedé viendo, sacaron una jaula y dentro había una mujer, vendada y con esposas de cadena, pobre chica, sufría solo para entretener.
Mientras seguía mostrando dejó lo mejor para el final, sacaron a una persona dentro de una caja grande, el hombre anciano se mostraba nervioso se abrir ese objeto, el cual al ser abierta todos gritaron de horror. 

Al parecer era una bestia, pero parecía que sus partes fueron removidas y cosidas con hilo y aguja, algo que lo noté, sus piernas eran de una alta altura, mientras que su su nariz y boca estaban cocidos para que no hablara y le colocó una nariz de cerdo real, desde aquí me había llegado el olor putrido de ese pedazo, quería irme así que me levanté dispuesta a irme, pero personas que estaban detrás nos hicieron sentar, no era la única que tenía miedo, si no varios, y claro que era más que claro, ver esa deformación, mejor dicho amputación de partes que fueron cambiadas por otras, luego enseñaron a una pequeña niña, no tenía manos y menos ojos, se podía ver la agonía, ya entendí todo esto, no solo era un circo, era mejor dicho un circo del horror, por algo sentía que estaba mal.

Me señalaron para que me acercara, me negué pero los que pensaban que era broma y aquellas cosas eran maquillaje solo se reían, entré miedosa y el anciano sonrío cínico, me quito la cámara que traía en manos y luego hizo que cargara a la niña, al sentirla, estaba helada, no tenía idea cuantos minutos pasaban, pero su cuerpo se calentaba y se volvía cada vez más pesados. 

Deseando que sea un maldito sueño, oh error pero no fue así, se sentía más que real, al voltear todas esas personas que tanto se veían felices y tristes, estaban sin la piel de su cara, es más juraba que eran aquellos hombres que me habían echo sentar, el hombre jaló de mi mano y me ató a una barra, el anciano me tiró lejía y yo solo gritaba, deseando que alguien me escuchara.

Desperté de ese sueño, en mi cama y sudada, suspiré bajando para ir por un vaso de agua, voltee y allí estaba el cuerpo sin vida de una niña, quedé congelada no sabía que hacer y me desmayé. Desde ese día nunca fui la misma reportera, jamás volví a ese lugar y menos a mi casa, renuncié y terminé en siquiatra, escuchaba voces a cada rato de niños, adolescentes y viejos, me tomaban por loca.