Capítulo 1

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Me puse mi vestido rojo favorito, es un día especial, hoy cumplo un año con mi novio, sin duda lo amo con todo mi corazón, dejé mi cabello caer en caireles hasta mis hombros, y como es costumbre caminé con mis tacones en las manos y me los puse en la puerta, eran uno tacones bonitos con 12 cm de alto, es por eso que prefiero ponermelos en la puerta, ya que si no corro el riesgo de caerme en las escaleras.

-¡Mamá, regreso al rato!

No escuche ninguna respuesta, así que salí de casa. Caminé tranquilamente por la pequeña ciudad, iba temprano, así que decidí desviarme y tomar el camino largo rodeando el parque, pero de repente sentí que algo me golpeaba y ya estaba tirada y con alguien encima de mi.

-Pe... pe... perdoname, no fue mi intención. - dijo alguien con voz gruesa.

Divisé a un joven como dos años mayor que yo, era alto, de cabello castaño y unos ojos hipnotizadores de color miel que... Wow... ¿Porqué siento algo frío en el estómago? ¡NO!

-¡Me has tirado tu esa cosa!- dije gritando.

-Es una malteada. - me corrigió el muy sínico. - Y ya te dije que lo siento ¿Qué estas sorda?- dijo riéndose.

-No, no estoy sorda- dije per el siguió riendo- y deja de reírte.

-No puedo- dijo con ese tono sínico que empezaba a ser muy común en él- te vez graciosa empapada de malteada de fresa en tu vestido-.

-Ash- murmure por lo bajo para que no me escuchara- Bueno, ¿terminaste de reír? me quiero levantar- él se quito y me extendió la mano pero yo le ignore y tomando impulso con mis codos en el tercer intento pude levantarme.

Al estar parada inmediatamente trate de quitar ese líquido pegajoso rosado que estaba regado en mi vestido.

-Genial, ahora tendré que cambiarme - murmure para mí, pero él logro escucharme.

- Yo te llevo a tu casa- se ofreció.

-No gracias- lo rechacé- mi mami dice que no debo juntarme con extraños- dije con tono infantil.

-No seas inmadura- me reprochó.

-Amigo mío, debes de entender que no debes pedir imposibles.

-Entonces, ¿soy tu amigo?- dijo mirándome fijamente.

-No, bueno sí, ay ¡no sé!

-Mira- empezó a hablar- para que ya no seamos extraños me presentaré, soy...-

-¿Sabes?- lo interrumpí- tengo un cita muy importante así que no me interesa tu nombre, solo llegaste a arruinarme el día- dije molesta.

-Por eso quiero recompensarte- volvió a decir amablemente.

-¡Ya lárgate de aquí!- grité molesta apuntando con mi dedo a otro lado.

-Esta bien, ya veo que tipo de gente eres-pronunció con sus labios antes de seguir su rumbo.

La adrenalina corría por mi torrente sanguíneo y no creía poder contener mi ira, di un último grito de frustración para por fin regresar a mi casa a cambiarme dando pisotones.

-Idiota, solo me arruino el vestido y el día- murmuraba mientras caminaba por la calle.

Intente correr, pero no pude ya que llevaba mis tacones más altos- "Excelente día Alessa para ponerte tus mega tacones"- se burlaba mi conciencia.

Una vez que llegue a mi casa me di cuenta que mamá no estaba, ¡Diablos! busqué desesperadamente en mi bolsa para ver si por casualidad llevaba mis llaves, pero como el destino es mi gran amigo, las había olvidado.

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