BROKEN ILLUSION

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Ese día Taehyung se encontraba molesto, ¿como es que a él un alfa de alto rango lo mandarían a ver las necesidades de los pueblos y poder saciar estas? Simplemente estúpido, podrían haber enviado a alguien más.

La parte buena  es que solo  le faltaba una pequeña aldea, la última de la lista.

-- coronel, estamos por llegar.

El alfa pelinegro asintió y movió las cuerdas que estaban en sus manos para poder volver más rápido el trote de su caballo.

En cuestión de segundos ya estában entrando, lo primero que se alzo a su vista fueron algunas pequeñas casas pronto el centro que que parecía ser un parque y al mismo tiempo un mercado.

Las personas al ver aquellos soldados los cuales su vestimenta dejaba en claro que no eran simples solados, los logos del reino y pulcsas armaduras dejaban en claro que eran del ejército imperial.

Los soldados se bajaron de sus caballos excepto el príncipe.

-- hemos venido por órdenes del rey, para poder inspeccionar y saciar sus necesidades por lo cual necesito que se acerquen.

Taehyung fijo su vista al frente notando como los alfas se ponían de primero, entre estos habían jóvenes, adultos y  viejos, uno de ellos le llamó la atención por el peculiar cabello que parecía perder su color flamante.

Le siguieron  los vetas quedando a si de último los  omegas y niños que saltaban para poder ver lo que sucedía.

- su alteza el príncipe kim Taehyung los escuchara.

Hablo de nuevo el alfa, no tardaron en comenzar a hablar entre todos los aldeanos hasta que al parecer la cabeza de la pequeña manada se acercó a él junto al anciano que le llamó la atención.

Luego de ambos hacer una referencia el más grande en edad comenzó a hablar.

-- su majestad lo que a nosotros se nos dificulta es conseguir alimentos, los frutos a nuestros alrededores cada vez son más escasos por eso mismo nos vemos obligados a introducirnos al bosque lo cual es peligroso.

El anciano siguió hablando hasta que un niño logró llegar hasta los pies de su caballo, comenzando a tocar la joyería que este portaba.

Dos guardias lo miraron con rapidez esperando su orden, justo cuando estaba por hablar una pequeña figura comenzó a colarse entre los aldeanos, el cabello ondulado y flamante brillando por la claridad del cielo.

Entonces aquel bonito rostro le miró un poco asustado mientras se movía para llegar al niño, el olor lo golpeó con una fuerza.

- ¡lo siento!, es que el es muy curioso, ya sabe como son los niños.

La sonrisa nerviosa solo causó estragos en el.

- hijo mio, debes hablarle con respeto al príncipe no eres su igual. Dijo el anciano.

mio aseguro su lobo, alzo su mano restandole importancia, no tardo mucho en bajar del caballo.