Luego de un exhaustivo viaje los cuatro alumnos de primer año llegaron al lugar viendo como todo el edificio se destruía elevándose al cielo y sin más los escombros cayeron, Geto tomó un ligero desvío buscando a la maldición mientras que Gojo con una sonrisa burlona se acercó y apoyó su pie derecho sobre los restos de un barandal
-¡vine a salvarlas!, Utahime ¿estás llorando?- pregunto Gojo burlón viendo a su compañera la cual lo miró molesta mientras apretaba los dientes
-¡claro que no!, ¡lárgate!- exclamo Utahime enojada apuntó de decir algo más cuando fue interrumpida por Mei Mei
-¿si yo estuviera llorando me consolarías?, eso me gustaría- dijo Mei Mei sonriendo de manera pícara hacia Gojo
-parece que otra vez no seré necesitado- pensó Takeshi de mala gana y Justo cuando Utahime le iba a reclamar a Gojo una maldición salió del suelo y Takeshi preparó su guadaña hasta que otra maldición con forma de gusano salió del suelo atrapando a la primera en sus fauces -lo sabía....inútil- pensó Takeshi guardando su guadaña en la funda volviendo a cerrar los ojos apareciendo en su lugar seguro mientras seguía sintiendo sus sentidos dormidos por las pastillas
-Takeshi- llamo Shoko moviendo ligeramente a su amigo mientras tenía un cigarro en la boca provocando que este abra los ojos y voltee a verla sonriendo -ya nos vamos, nos vamos a meter en un gran lió- dijo con una pequeña sonrisa
-¿porque?- pregunto Takeshi curioso empezando a caminar al lado de Shoko siguiendo al resto
-nos olvidamos de poner el velo- respondió Shoko y Takeshi suspiro rascándose la parte trasera de su cabeza
-bueno eso es culpa de Gojo o Geto, mi hechicería aún no alcanza ese nivel- dijo Takeshi mientras Shoko soltaba una risita como una suave melodía para los oídos de Takeshi
Unos minutos después los cuatro alumnos de primer año estaban enfrente del profesor Yaga el cual tenía una mueca de molestia
-uno de ustedes le dijo al asistente de dirección que se encargaría de bajar la cortina y lo dejó completamente solo y después se olvidó de hacerlo, ¿quien fue?- pregunto Yaga y en respuesta mutua y silenciosa Geto, Takeshi y Shoko apuntaron hacia Gojo
-¡profe dejemos de estar buscando culpables!- dijo Gojo levantando su mano por alguna razón
-¡así que fuiste tú!- dijo Yaga golpeándolo en la cabeza y después de una regañada los cuatro alumnos salieron del salón yendo Geto, Gojo y Shoko por un lado y Takeshi por el otro
A paso lento Takeshi entro a su habitación con los ojos hacia abajo y cerró la puerta poniéndole seguro y se sacó los zapatos tirándolos a algún lado de su habitación y camino hasta sentarse en la cama frotándose la cara con las manos sintiendo como sus ojos se cristalizaban y sin más suspiro empezando llorar en silencio, con algo de lentitud Takeshi removió ligeramente las mangas de su uniforme y remera viendo un corte en cada muñeca y cerró los ojos tapándose la cara sintiendo como una gélida brisa volvía a abrazar su cuerpo mientras las lágrimas seguían fluyendo libremente a través de sus ojos hasta caer desde su barbilla al suelo de madera, lentamente Takeshi llevó su mano hacia su pecho sintiendo el aumento de su ritmo cardiaco, el como sus manos empezaban a sudar y a temblar, con algo de dificultad Takeshi se sentó contra la pared sintiendo como empezaba a hiperventilarse y abrazo sus piernas ocultando su cara en estas mientras seguía llorando hasta que finalmente después de unos arduos minutos logró calmarse sintiendo una punzada en el corazón, con un suspiro Takeshi se levantó de la cama abriendo el segundo cajón de su mesita de luz sacando la madera y lentamente agarró el primer pote de pastillas abriéndolo viéndolas fijamente por unos minutos casi eternos hasta que finalmente suspiro tapando el pote y guardándolo poniendo la madera cerrando el cajón
Con un suspiro frustrado Takeshi se acosto en su cama mientras las lágrimas volvían a salir de sus ojos y volvió a suspira sintiéndose asqueado consigo mismo por todos sus problemas y dificultades personales y lentamente cerró los ojos cayendo dormido apareciendo en su "lugar seguro" y sonrió sintiendo la calidez del lugar llenar su pecho viendo a los animales y volteó viendo como un ciervo hembra adolescente se acercaba lentamente a el y el chico soltó una risita extendiendo lentamente su mano hacia la hembra logrando acariciarla sintiendo su suave pelaje en su mano mientras la hembra parecía relajarse ante las caricias y Takeshi cerró los ojos con una sonrisa y de repente sintió algo tocando su mejilla y abrió los ojos viendo como el cielo despejado se llenaba de nubes grises empezando a llover, vio como la hembra se alejó corriendo asustada y noto como las flores se marchitaban y la cálida temperatura bajó drásticamente, con miedo el chico se tambaleó hasta que tropezó cayendo en el mar oscuro y Takeshi braceo de manera desesperada sus brazos intentando subir fallando al sentir como su cuerpo simplemente se hundía en las profundidades y abrió ligeramente la boca dejando escapar lo último de oxígeno en sus pulmones
Afuera del sueño Takeshi despertó agitado completamente sudado y llorando y volteó hacia los lados viendo que estaba en su habitación y suspiro empezando a llorar desconsoladamente tapándose la cara intentando callar cualquier ruido que atrajera la atención de sus amigos o el resto de sus compañeros hasta que sintió una suave y pequeña mano en su hombro volteando lentamente viendo a Shoko la cual forzó la cerradura de la puerta y notó como el segundo cajón estaba abierto y los potes sobre la mesita de luz
-¿porque nunca me lo contaste?- pregunto Shoko con un dije de angustia en su voz viendo a su amigo el cual cerró su boca viendo como sus labios temblaban y las lágrimas seguían saliendo y Shoko suspiro abrazando gentilmente al chico ocultando la cara de este en su hombro y Takeshi la abrazo de vuelta rompiendo en llanto otra vez
-ya tengo demasiados problemas como para generarle otros a los demás- respondió Takeshi susurrando con la voz rota y Shoko solo suspiro acariciando suavemente el pelo de su amigo
-no eres un problema y nunca lo serás Takeshi- susurro Shoko de manera tranquilizadora mientras el chico seguía llorando desconsoladamente en su hombro
FIN