𝐢. 𝐜𝐡𝐨𝐜𝐨𝐥𝐚𝐭𝐞 𝐧𝐢𝐠𝐡𝐭

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𝖢𝖧𝖠𝖯𝖳𝖤𝖱 𝟣════ ∘◦❁◦∘ ════

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«𝐢 𝐭𝐡𝐢𝐧𝐤 𝐭𝐡𝐚𝐭 𝐢 𝐥𝐨𝐯𝐞 𝐲𝐨𝐮»

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«𝐢 𝐭𝐡𝐢𝐧𝐤 𝐭𝐡𝐚𝐭 𝐢 𝐥𝐨𝐯𝐞 𝐲𝐨𝐮»

Desde el balcón de su castillo, Andrómeda se deleitaba en la visión de un paisaje que parecía esculpido por las manos de un mismísimo dios. Su reino, envuelto en una paleta de colores que solo los sueños más extravagantes podrían imaginar, desplegaba una sinfonía de unos brillantes tonos rojos, rosas y blancos. Con sus ojos luminosos y su corona plateada, era la dueña de este lugar, donde la rareza se reflejaba en cada esquina. A los lejos se admiraba un montón de pájaros que se arremolinaban en el cielo, quizás planeando alguna travesura o simplemente disfrutando de la noche. Los árboles, altos y frondosos, se alineaban a ambos lados del largo camino que conducía a su palacio. El aire, fresco y lleno de vida, traía consigo el rumor de la hermosa naturaleza. A medida que los rayos de la luna llena se filtraban entre las ramas de los árboles, el camino se volvía una avenida más cálida, dando ese toque de seguridad.

Andrómeda observaba el paisaje con una sonrisa, sabiendo que cada rincón de su reino estaba impregnado de la magia que ella misma había tejido. Las torres del palacio se alzaban imponentes, vestidas en rojo, dorado y blanco, proclamando su dominio sobre aquel terreno encantado.

Cuando la noche cayó sobre el reino, Andrómeda seguía en su balcón para disfrutar de un espectáculo celestial. Las estrellas, pequeños destellos en el manto oscuro del cielo, eran como joyas titilantes. Andrómeda, en silencio, se sumió en la serenidad de ese momento, sintiendo la magia de la noche impregnar cada rincón de su reino. En soledad, pero acompañada por el brillo de las estrellas, encontró un instante de paz en su palacio iluminado por el misterio nocturno.

Pero en medio de su contemplación estelar, un ruido repentino sacó a Andrómeda de sus pensamientos. Al mirar a su alrededor, se volvió hacia el interior de su palacio, y entre las sombras emergió su fiel amigo y protector, William. Su presencia, como una sombra leal, rompió la quietud de la noche. Andrómeda, con una sonrisa, reconoció en esos ojos oscuros la seguridad de un amigo que siempre velaba por su reina.

𝐉𝐔𝐒𝐓 𝐋𝐈𝐊𝐄 𝐅𝐈𝐑𝐄 ᵉˡ ˢᵒᵐᵇʳᵉʳᵉʳᵒ ˡᵒᶜᵒDonde viven las historias. Descúbrelo ahora