Miyamoto Hinako una estudiante universitaria de veinticinco años a punto de graduarse como bióloga marina. Ha amado el océano y sus misterios desde que tiene memoria, además de eso tiene un promedio excelente. Sin duda alguna tiene un futuro brillan...
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Ahora estábamos en medio de una situación incómoda. Toji y yo lavamos nuestras manos, él se encerró en una habitación, lo escuché gritando. Estaba en llamada con alguien.
Regresé a la entrada, estaba por irme pero miré de reojo al bebé.
-No me mires así -Dije mientras él mantenía la mirada fija sobre mi. Sonreí al verlo jugar con el pequeño tren de juguete de la última vez-
Moví el coche hasta la sala de estar, solo había un sillón. Me senté en el con el bebé frente a mi. Minutos después regresó Toji, vi cómo caminaba molesto a la entrada.
-Me lleva -Se quejó-
-Acá está -Dije sonriente-
Él me volteó a ver totalmente incrédulo.
-¿Sigues aquí? -Preguntó caminando hacía mi-
-Oh -Solté algo confundida- Puedo irme si gustas -Dije parándome-
-No, puedes quedarte. Siéntate.
Me senté, él tomó asiento a mi lado. Tomó al bebé del coche, Toji se veía un tanto deprimido.
-¿Qué pasa?
-No es nada -Me dijo viendo al bebé, suspiró y cambió su expresión a una más relajada- Creí que te irías.
-¿Por qué? -Pregunté a punto de reír-
-No sé, estaba por darte la cogida de tu vida y de la nada aparece mi hi...
Sonreí al verlo guardar silencio.
-No te avergüences de tu hijo.
-Él es lo mejor que me pudo haber pasado. No sé si yo merezca llamarlo hijo.
-Seguro te esfuerzas por él.
Él hizo una mueca, se veía triste.
-Además -Dije nerviosa- No me iría sin cargar a esta cosita tan adorable -Extendí mis brazos, Toji me sonrió-
Tomé al pequeño con sumo cuidado. Lo senté sobre mi regazo y sostuve suavemente su nuca con una de mis manos.
-Es hermoso -Dije sin pensar-
Por un momento hubo silencio, volteé hacía Toji.
-¿Cómo se llama?
-Megumi.
-Que lindo nombre.
Estuve jugando con Megumi, haciéndolo reír con algunas muecas. Sentía la mirada del azabache sobre mi, y me ponía nerviosa.
Noté algo que me hizo arrugar la nariz.
-Toji.
-¿Hmm? -Preguntó viéndome mientras reposaba su barbilla en la palma de su mano-
