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Aclaración: Mención de muerte y asesinatos. Si es sensible ante estos temas por favor detener su lectura aquí.
Sergio caminaba por los pasillos de la empresa en Milton Keynes, mientras buscaba a una persona.
"Daniel Ricciardo"
Había oído a Max oír que le celebrarían una fiesta sorpresa dentro de unas horas, pero eso no le interesaba, ni los planes de Max, ni la vida de Ricciardo.
Pasando por una de las habitaciones de descanso, escucho unos pequeños sollozos, así que regresando su mirada, se encontró con la persona a quien buscaba. Daniel estaba ahí, sentado en uno de los sillones, mirando algo en su teléfono mientras intentaba limpiar sus lágrimas.
Sergio se burló ante esto, le parecía algo completamente patético.
—¿Por qué sigues llorando como una magdalena? Si sabes que su muerte fue culpa tuya.
La mirada de Sergio transmitía odio y lastima, Daniel levanto su mirada y se encontró con los ojos de Sergio, intentando limpiarse rápidamente para que el mexicano no lo viera en ese estado.
—Sergio... ¿Qué cosas estás diciendo?
Daniel miraba al mexicano si entender nada, y Sergio solo torció los ojos ante esa respuesta.
—Se que te metes con mi esposo, con Max, pero fui demasiado imbecil para no detenerlos antes.
Sergio observó como el australiano se quedó sin palabras al oírlo.
—¿Qué a caso crees que no lo sabía? Lo sé desde hace meses, pero no quise dañar al pequeño Lando, aunque debí decirle para evitar todo esto, maldita escoria.
—Lando murió en un asalto, por culpa de una bala perdida, ¡Yo no sostenía esa arma!
—Tú no lo hacías, porque estabas cogiendo con Max.
—¡Tú no sabes nada! —Daniel se paro de su asiento y empujó con fuerza a Checo.
—Oh claro que lo sé, hay cámaras de seguridad en el departamento, Max no lo sabe, sino, no te hubiese llevado ahí en primer lugar, solo estaba guardando evidencia que usaría para pedir el divorcio.
—Sergio... Max y yo...
—¡Cállate! revise la hora y casualmente es la misma, es la misma hora en la que sucedió el asalto, Lando me contó sobre darte una sorpresa por tu cumpleaños... Quizás estaba eligiendo la ropa para el bebé, tú que hubieses querido que fuera, ¿niño o niña?
Sergio observaba como el chico en frente suyo se desmoronaba por completo. Daniel sintió sus piernas débiles y cayó frente al otro piloto.
—Si pudiera hacer un trato con Dios, le entregaría tu vida y la de Max a cambio de la de Lando y la de su bebé, pero de seguro Dios me diría que son demasiado poca cosa para ello. Oh cierto lo olvidaba.
