Era hora.
Él ya se iba.
Nunca más lo volvería a ver.
Sabes lo que se siente querer tanto algo que no puedes tener.
El era para mi ese algo.
Lo deseaba tanto, era en lo único que pensaba cuando me iba a dormir, pero no podía tenerlo, estaba fuera de la liga.
El tenia unos ocho años mas que yo.
Yo tengo diecisiete.
El veinticinco.Estaba mal, yo lo sabía, él lo sabía, pero eso no me impedía desearlo, ni tampoco las miradas fortuitas que nos lanzábamos cada vez que creíamos que nadie nos veía, pero eso no importaba, ya que se iba.
Hoy era el último día que podría verlo. Seguiríamos en contacto eso era seguro, pero no sería igual.Él se iba en menos de una hora, el dejaría mi vida para vivir la suya, no podía culparlo, ni tampoco pedirle que se quedara, yo era una adolescente, el una hombre con una carrera universitaria, no le impediría que cumpliera sus sueños, ni metas, yo no entraba en sus planes, ni el tampoco en los míos a futuro, fuimos algo que pudo ser, pero nunca se concretó.
Me envió un mensaje.
Quería verme antes de irse.
Dudé, pero acepte.
No corrí para verlo como sucede en las películas, esto no era una, era mi vida, así que caminé.
La estación de autobuses nunca me había parecido tan lejana.
Hasta que lo vi.
Estaba apoyado contra una pared con sus audífonos puestos.
Sentía que se me salía el corazón por la garganta, verlo nunca se había sentido tan agridulce.
Caminé hacia el y en el momento en que nuestras miradas se conectaron sentí una electricidad corriéndome por todo el cuerpo.
No dijo nada, solo se acercó a mí, más y más, hasta que prácticamente estuvimos a milímetros de distancia, el me abrazo y no dude en rodear su cintura con mis brazos. No quería dejarlo ir, podía sentir su respiración en mi pelo y los latidos de su errático corazón en mi oído.
Nos separamos un poco y sin ninguna palabra poso su boca sobre la mía.
Sabia que nada ni nadie podría igualar lo que sentía en este momento.
Estaba arruinada para cualquier otra persona desde que sus labios se posaron en los míos.Pero en algún momento tendría que dejarlo ir.
-No me esperes, vive tú vida. Quizás en algún momento nos volveremos a encontrar-dijo al separarnos en un susurro- y quizás ahí si podamos ser un nosotros. -
Solo podía asentir con la cabeza, no podía formular palabras en este momento, sentía un nudo en la garganta y lagrimas presionando en mi ojos a punto de ser derramadas.
Cuando las lagrimas se derramaron el las limpio y me beso la frente.
Un simple acto cargado de significado en este momento.
-Debo irme-dijo
Sabía que así era, pero no estaba preparada.
-Solo unos segundos más- dije en respuesta
Quería empaparme con su imagen, y nunca olvidarla, no creo que lo haga.
Solo tengo diecisiete años, y es el primer hombre del que me enamoro.
Siempre tendrá un lugar en mi corazón y en mi mente.
Muchas personas tardan años en encontrar este tipo de amor, yo ya lo hice, encontré al amor de vida.
Lo deje ir.
Porque ese era el mayor acto de amor que podría tener con él.
FIN.
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Un Beso De Despedida
RomancePara los amores que pudieron ser. Una última oportunidad. Un puede ser. Un tal vez. Un algún día.