único capitulo.

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Si le dijera a su yo del pasado que había echo jornadas de 10 horas grabando y actuando junto con 4 meses de rodaje en una montaña llena de nieve solo por una película probablemente ni siquiera se lo crea

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Si le dijera a su yo del pasado que había echo jornadas de 10 horas grabando y actuando junto con 4 meses de rodaje en una montaña llena de nieve solo por una película probablemente ni siquiera se lo crea. Digamos que sobrevivir en esas condiciones en su edad era bastante difícil, más sabiendo lo delicado que era con el frío.

Pero ahí estaba, en una fiesta de finalización del rodaje de la película, habían varías botellas de alcohol y mucha comida. Obviamente todos tomaron y comieron como locos, después de haber perdido casi 20 kilos a la fuerza digamos que los antojos eran imposibles no tenerlos. Estaba sentado tranquilo en una de las sillas del medio, con un asado y una botella de agua. El no solía tomar alcohol, casi nunca estuvo borracho en su vida pero con solo ver como estaban los demás después de unas botellas estaba seguro que nunca más tomaría en su vida.

Juani arriba de la mesa con una cerveza en la mano, usándola de micrófono mientras cantaba kimby. Mientras todos lo animaban —Lo hice por mii, por mí familia por Juanito y por kimaa- ahora todos cantaban junto a él casi desmayados por el alcohol en sus sistemas.

Se reía por la ebriedad de sus amigos tomando un trago del agua que traía, hasta que unas repentinas manos en sus hombros lo sacaron de su tranquilidad, haciéndolo saltar y escupir el agua del susto. —Wow, casi nunca bajas la guardia enzito.- dijo entre risas esa voz que conocía más que bien, la voz de Matias.

—Me re asuste boludo, me vas a dar un infarto un día de éstos.- respondió, limpiando con la manga de su remera su rostro mojado. Río en respuesta sintiéndose orgulloso de su cometido
—Uy perdóname me olvide que al anciano de 67 añitos no se le puede asustar o se infarta‐ dijo tratando de hacerlo enojar. —Que decis yo no soy una anciano, apenas 30 añitos tengo- dijo mirandolo mientras agarraba una servilleta para limpiar el agua.
—Si, si abuelo te creemos.- 

Agarró una cerveza y abriéndola, ofreciéndosela al mayor empujando su hombro para mirarlo. —¿El anciano tiene permitido tomar alcohol?-
Miró la botella de vidrio y luego lo miró, tenía la cabeza un poco girada a la derecha tratando de provocarlo. Lo pensó un poco pero accedió, después de todo se merecía relajarse un poco de todo. —¿Sabes que si?- respondió arrebatando la botella de sus delgados dedos y tomando un gran trago.

Mientras el tomaba Matias sonreía con orgullo de su cometido. —Dale vení con nosotros a pasarla bien- dijo agarrando su brazo (o intentando) para llevarlo con los otros a cantar. Y el por primera vez solo se dejó llevar por el castaño, estaba esperando mucho tiempo para al fin poder relajarse.

Ahí estaban, bailando al ritmo de la música mientras el estaba sentando un poco mareado por las cervezas que había tomado. Matias era lo único que miraba, estaba cantando y bailando pegado a louta mientras cantaba;
—Yo no quiero mayatones, yo ya quiero un chakalon- Cantaba en voz alta mientras movía sus caderas al ritmo, realmente era fanático de Yeri mua. Se había quedado hipnotizado, entre el alcohol y el delgado cuerpo de su compañero de reparto. —Yo no soy refresco en bolsa pero si te vengo aceptando el popote- dios, ¿como no lo había notado? Ese chico el cual habia pasado 4 meses junto a el era demasiado atractivo... Sin qué el se diera cuenta Matias se había acercado a donde estaba sentado

—¿Que pasa ancianito? Vamos a bailar.-
Tomó su brazo izquierdo llevándolo a algún lugar de la sala un poco cerca de los demás —¿Como no estás mareado? Sos el que más tomo de nosotros.- dijo tratando de sacar un tema de conversación —Es que como soy tan joven el alcohol es como agua para mí-
Soltó una carcajada, cada palabra que Matias decía era graciosa para el. Matias miraba detalladamente sus facciones, desde sus cejas, sus pestañas, su nariz, sus pómulos y más importante sus labios. —Sos muy lindo, ¿sabías? Tu novia seria demasiado suertuda de probarte cuando quisiera.- soltó sin dejar ningún rastro de vergüenza —Que pelotudo- dijo riéndose de su comentario, sonrojado del cumplido.

Matias no le presto más atención y siguió con lo suyo, tomando cada cierto tiempo y bailando cerca de él. Realmente estaba fascinado, aunque no es como si en el rodaje no se hubieran coqueteado dos o cuatro veces. Cada que llegaba a sonrojarse y acercarse más el solo se iba y lo dejaba con las ganas de esa cercanía. Pero ahí lo tenía junto a él en sus manos, el no se había ido.

Todo era tan confuso pero le gustaba, lo miraba atentamente como sus ojos se cerraban cuando sonreía y como sus labios se movían al cantar. Parecía que eran sólo ellos en ese instante, por un segundo quiso acercarse más a matias y cobrarle una por una las provocaciones.
Tomó su cintura con una mano mientras le susurraba —¿Sabes que estás haciendo republica rebelde?-

Se estremeció al contacto de su aliento a cerveza fresca y su grande mano en su cintura. Obviamente sabía lo que estaba haciendo —¿Que pensas que estoy haciendo?-

—No tengo tiempo para tus juegos, recalt- respondió acariciando su cintura
—Pero si recién estamos empezando vogrincic- dijo acercándose a su pecho, colocando su brazo libre en su hombro.
—deberías estar agradecido de estar al lado mío por más de 15 minutos sin que me vaya- río en respuesta soltando su cintura, agarrando su delgado brazo empujándolo a él baño cercano. Acorralando al menor a una de las paredes. —No sabes lo mucho que te estuve esperando nene.-

—Que desesperado saliste enzito...- dijo mirando a otro lugar tratando de ocultar sus nervios. Por dios, enzo sabía como poner su mundo patas arriba.
—mírame matias, quiero que me veas- le ordenó usando su mano para agarrar su barbilla. Dios mío, ni siquiera sabía que esa parte de él existía, pero por alguna razón quería más de esa parte suya. No le quedo más remedio que observar esos ojos profundos que tanto lo volvían loco. Sin dudas al lado de él se sentía tan pequeño y miserable... pero amaba sentirse así.

de esta boquita no sale nada mati, si es eso lo que te preocupa.- dijo mirandolo a los ojos con desesperacion de que sus ojos se conecten. —tu estás bien con esto verdad? Tengo novia.- le recordo al mayor por fin mirándolo a los ojos —ya sabes la respuesta matu...-
Respondió agarrando a matias por los muslos y subiéndolo a la mesada del baño donde se encontraban. gruñí sobre su oreja y moví mis caderas para que sintiera mucho más cómo me estaba afectando-. Me tienes duro, matias -subí un poco su blusa y rocé mis manos sobre su cintura y su abdomen, sintiendo cómo el continuaba provocandolo con el movimiento en círculos sobre mi entrepierna.

—No eres egoísta, pero actuándolo te ves jodidamente bien...- lo elevé de forma brusca al forzar mi cintura, haciendo que tropezara contra mi dureza mientras soltaba un suave gemido ahogado por la palma de su propia mano. —háblame mati... te gusta lo que sientes?- ordenó mirando lo miserable que se veía por su culpa.
—s-si... más papi- pidió con esos ojos cristalizado que nunca había visto antes, los amaba. Sintió como la electricidad subía por todo su cuerpo poniéndole los pelos de punta. Nadie nunca lo había llamado así... —quiero que me llames así, que me veas como te destruyo a mi antojo.-

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LA FIESTA - matias x enzo fanfic ★Donde viven las historias. Descúbrelo ahora