Capítulo 1

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Hacía un año había ido a Londres con mi hermana, fue un viaje corto, llevaba esperando pisar tierras inglesas desde bien pequeña y cuando por fin lo hacía, el viaje solo duraba dos días.
No me dio tiempo a verlo todo, más bien no me dio tiempo a ver casi nada por lo que me dije a mi misma que volvería, y no precisamente para un viaje corto, y aquí estoy.
El avión acababa de aterrizar y solo con mirar por la ventana el cielo gris ya me moría de la emoción.

Nuestra historia comenzaba.

Alex se desperezó a mi lado, se había pasado todo el viaje durmiendo, y cuando se dio cuenta de que ya habíamos llegado, su cara fue digna de ser fotografiada, abrió los ojos como platos y empezó a maldecir, cabe decir que esto se debía a que horas antes, cuando el avión estaba a punto de despegar, me había jurado y perjurado que no se iba a dormir, y que iba a estar todo el viaje despierta para tranquilizar mis nervios, no me lo creí, la conocía, siempre buscaba un sitio en donde dormirse y el avión no iba a ser menos.

Sonreí cuando me miró con cara de pena, se notaba mucho que acababa de despertarse, los pelos que llevaba y las marcas del asiento en su cara solo hacían que mis ganas de reír aumentaran; esta chica no tenía remedio.
-Lo siento muchísimo Vic, sabes que no quería dormirme pero las ganas de hacerlo me... Espera, ¿por qué te ríes?

No lo pude evitar, estallé en carcajadas.
-No sé si son los nervios del viaje y que la comida tan mala del avión ha hecho que todo lo vea gracioso, pero deberías ver tu cara y tu pelo ahora mismo, pareces un león.
-Yo intentando disculparme y tú riéndote de mi, que bonito todo.
-Sabía que te dormirías, por eso no le doy importancia.
Achinó los ojos y me miro con cara de asesina; me encogí de hombros y le puse cara de buena.
-La próxima vez me ocuparé de hacer que seas tú la que tenga ganas de dormirse.
-Va calla y levanta, que al final el avión volverá a España con nosotras en él.

Bajamos del avión, mis ganas de gritar de alegría seguían ahí; por fin estábamos en Londres.
Todo esto me parecía irreal, hace unos años me imaginaba como sería mi vida cuando cumpliera la mayoría de edad, mi sueño siempre había sido ir a Londres a vivir y a estudiar y tenía claro que lo quería conseguir. Aunque para seros sincera, jamás imaginé que estaría aquí gracias un canal de YouTube.

Estábamos esperando a recoger nuestras maletas, Mich estaba desesperándose por que no veía la suya hasta que la encontró y se tranquilizó. Con todo en mano y dispuestas a salir a por un taxi hacia nuestro nuevo apartamento, una mano nos paró.

-Perdonar ¿sois Vic y Mich? ¿Las de YouTube?
Nuestra cara fue graciosa, me resultaba graciosa la situación, una chica en Londres nos había reconocido por nuestro canal, estábamos flipando.
Antes de que la chica se diera media vuelta al no obtener respuesta, Mich, contestó por las dos.
-Eh, sí, somos nosotras.-Le sonreímos.
-¿Podría hacerme una foto con vosotras?
-Oh, claro, por supuesto.
La madre de la chica, de la cual no nos habíamos dado cuenta que se encontraba ahí, nos hizo la foto.
Cuando se fue, no pudimos evitar sonreír como tontas, ¡una chica nos había reconocido! Saliendo de nuestra nube, nos dirigimos a coger un taxi, guardamos las maletas y le dijimos la dirección de la que sería nuestra nueva casa a partir de hoy.

Llevábamos diez minutos observando el edificio que se encontraba delante nuestra, no se parecía en nada a lo que habíamos visto en Internet, por lo menos no por fuera, era viejo y parecía sacado de el barrio del Bronx, al fin y al cabo, era lo único que nos habíamos podido permitir hasta que encontráramos algún trabajo y consiguiéramos más dinero.
Entramos en el edificio y lo primero que hice fue maldecir; ¿sabéis qué debéis hacer cuando alquiléis un apartamento? Mirar si tiene ascensor.
Lo bueno es que era un edificio de cuatro plantas, no eran muchas, ¿lo malo? Nuestro apartamento estaba en la cuarta planta.
Cuando por fin conseguimos subir los cuatro pisos con las maletas y sus respectivos neceseres arrastras, lo dejamos todo en el suelo y nos sentamos como si hubiéramos estado andando durante una semana.
-Sabes-empezó Mich- lo primero que voy a hacer cuando nos instalemos va a ser apuntarnos a un gimnasio, estamos demasiado flojas.
Yo me reí, no tenía fuerzas ni para contestarle, así que solo asentí.
Cuando decidimos que ya era hora de entrar a nuestra nueva casa, nos levantamos y metimos la llave dentro de la cerradura y empujamos la puerta hacia dentro.
-Bueno, no está mal, al fin y al cabo tiene dos habitaciones, un salón junto con cocina y el baño.-Dije
Sabría que habría peleas por quien iría primero a la ducha, pero nos las apañaríamos.

Aquello, sería el principio de nuestra nueva vida, y ambas sentíamos curiosidad por lo que vendría después, algo nos decía que no iba a ser normal lo que viviríamos a partir de ese momento, y vaya si teníamos razón.

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Es corto, lo sé, pero quiero ver si os va gustando la novela para seguir subiendo capítulos, es el primero, así que conforme vayáis comentando subiré más y más largos.

¡Muchas gracias por leer! B.

Nadie dijo que fuera fácilDonde viven las historias. Descúbrelo ahora