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Rosé y Jennie se miraban con amor. No prestaban atención a nada de lo que él sacerdote decía.

Se estaban casando y no podían estar más felices. Las madres de ellas lloraban sin control. Sus bebés ya estaban grandes y estaban comenzando a hacer una familia.

No sabían cómo habían llegado a ello. Pues en cuanto le contaron a sus padres sobre la promesa de matrimonio, estos dijeron "No es necesario que esperen tanto, yo lo arregló"

Si, Jennie era menor de edad, pero gracias a sus padres y varios intentos de estos, se estaban casando antes de lo que habían dicho. 

¿Eso era algo malo o algo bueno? No le importaba. El era feliz con Rosé.

Rosé tenía ya tres meses de embarazo e iba todo perfecto. Su pequeña pancita se había comenzado a notar, pero aún le cabía su antigua ropa. Pues era una amante de comprar ropa dos tallas más grande que la suya. 

Pero debajo del traje que estaba usando, parecía una simple Omega, si no fuera porque todos sabían que esperaba un bebé, no tendrían la menor idea.

Lalisa miraba orgullosa a su mejor amiga, una pequeña lágrima cayó por sus ojos, estaba muy feliz por la Omega. JiSoo estaba al lado suyo, sonriendo hacia las novias, hacían una muy linda pareja.

Jimin abrazaba a JungKook, su Omega. Rosé había crecido en muy poco tiempo y le daba nostalgia eso, pues le había agarrado un cariño muy grande a la Omega, como si fuese su propia hija. JungKook también sonreía.

 Y Seungmin estaba con su Omega, que ya tenía 7 meses de embarazo, faltaba muy poco para el nacimiento de la pequeña Eunha.

Rosé y Jennie salieron de su trance, solo cuando el sacerdote termino su discurso.

 - Aceptó.- Dijeron las dos al mismo tiempo, con las sonrisas más grandes que había dado en toda su vida. La madre alfa de Rosé les dio las sortijas y se besaron, recibiendo aplausos de todos los presentes.

Ahora sí serían una verdadera familia.

. . .

Rosé respiraba agitada, estar de parto era más difícil y doloroso de lo que imaginaba. 

Inhalaba y exhalaba, las contracciones eran un verdadero martirio. Pero todo lo valía para traer al mundo a sus dos pequeños. Porque si, a los cinco meses habían tenido la segunda radiografía, y habían tenido una pequeña sorpresa, y era que en vez de un cachorro, serían dos. Había sido bastante curioso, ya que en la primera ecografía, la pequeña no se había notado. Al parecer quería ser sorpresa. 

Jennie a su lado le decía palabras cursis y de aliento en su oído para calmarla, además de prestar su mano, la cual estaba roja de tanto ser apretada. Pero no le importaba, el dolor de su Omega era más grande. 

Después de unos cuantos empujes más, la sala se llenó de llantos. Ambos bebés nacieron muy sanos. Eran hermosos. 

- ¿Como los quieres llamar bebé?- Preguntó Jennie con el varón en brazos, mientras que Rosé estaba acostada con la niña.

 - Jihoon Kim y Haerin Kim.- Rosé se notaba agotada, pero sonrió lo mejor que pudo, sus bebés eran hermosos, y tenía una esposa guapísima. Su vida era perfecta.

- Bienvenidos a la pequeña familia Kim, los amamos mucho bebés.- Jennie dejo pequeños besos en las cabezas de sus hijos, y estos se removieron en medio del sueño. Eran adorables, al igual que su madre Omega.- Gracias por darme una familia amor, te amo demasiado.- Le susurró en la oreja. Todo era perfecto.

 ¿Que más podían pedir?

Unexpected | Chaennie ✓Donde viven las historias. Descúbrelo ahora