Capítulo 4: La partida inevitable

7 1 2
                                    

Con el amanecer, el día de la partida de Alan se cierne sobre el pequeño pueblo como una sombra inevitable. Juan, con el corazón pesaroso, acompaña a Alan hasta la estación de tren, donde el vapor se eleva como un eco melancólico de su despedida.

Alan, cargando la dualidad de deber y deseo, promete a Juan que regresará. Las palabras flotan en el aire, llevando consigo la esperanza de un reencuentro en un futuro incierto. Sin embargo, la distancia se extiende como un abismo que los separa, y el tren que parte se convierte en el vehículo de su temporal adiós.

El viaje hacia Tultul se torna un trayecto de introspección para Alan. La ventana del vagón se convierte en un espejo de sus propias indecisiones y anhelos. A medida que el paisaje cambia, su mente se debate entre las expectativas sociales que lo rodean y la promesa hecha a Juan.

En Tultul, Alan se ve envuelto en una nueva realidad. Las responsabilidades y las expectativas de la sociedad lo presionan, arrojándolo a un torbellino de decisiones que cambiarán el curso de sus vidas. La sombra de un matrimonio convencional y la ocultación de su verdadera naturaleza amenazan con eclipsar el recuerdo de su amor en el pequeño pueblo.

Mientras tanto, Juan enfrenta la soledad del pequeño pueblo, aguardando el regreso prometido de Alan. La distancia, aunque física, se torna también emocional, y las cartas escritas con amor se convierten en puentes frágiles entre dos mundos que luchan por mantenerse conectados.

Los días en Tultul se deslizan entre responsabilidades y susurros de un pasado que parece alejarse. Alan, atrapado en las expectativas sociales, se encuentra en una encrucijada donde las decisiones amenazan con borrar la esencia de su amor con Juan.

Mientras tanto, en el pequeño pueblo, Juan se sumerge en la rutina de la espera. Cada carta recibida es un bálsamo que alivia la distancia temporal, pero la incertidumbre del regreso de Alan se cierne como una sombra persistente.

Odio que me gustes || LexeritoDonde viven las historias. Descúbrelo ahora