Sophie Hope y Ryan Wallys han sido mejores amigos desde la infancia, un día tienen que separarse para perseguir sus sueños lejos de casa, lejos de todo.
Pero lo que no saben es que sus caminos se cruzaran y nada mejor que en la ciudad del amor.
¿Q...
Hoy es el día de mi boda y todo es justo cómo lo soñé, tengo a mi familia y a mis amigos aquí. Tengo el vestido que siempre quise, la boda será en un sitio mágico. Que más puedo pedir.
Después de regresar a New York volví a mi trabajo, hice más eventos con Donna. Ryan regreso para Navidad y mientras visitabamos los sitios más hermosos de la ciudad me pidió que me casará con él y no pude ser la más feliz.
Decidimos hacer la boda en el pueblo mágico de Toscana en Italia. Junto a nuestros familiares y amigos más cercanos. Nuestra luna de miel será un recorrido por Venecia, Roma y Amsterdam.
Nos mudaremos a una casa que compramos en París, ya que Ryan no puede mudarse a otro país por su empresa. Mi apartamento en New York lo dejaremos para ir de vacaciones y yo seré embajadora de DKNY en París y seré la encargada de organizar todos los eventos en la ciudad.
-¡Oh por Dios Sophie! Te ves tan hermosa cariño.—Veo los ojos de mi madre cristalizados al verme—.
-Serás la novia más linda.—Mi hermana Cindy también me observa—.
Me encuentro frente al espejo de la habitación viéndome con mi vestido de novia puesto y me siento como una princesa.
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-Gracias a las dos, estoy muy feliz de tenerlas aquí conmigo.—Las abrazo a las dos—.
-Solo falta colocarme el velo y el ramo. ¿Papá ya está listo?—Pregunto mientras voy colocándome el velo—.
-Si cariño, tú papá está listo y esperando para llevarte al altar, ya todos los invitados están sentados y Ryan te espera junto al oficiante de la boda para iniciar. Todo saldrá bien.
Mi mamá toma mi mano para calmarme, notando mis nervios. Tengo todo listo así que salgo de la habitación donde mi papá ya me espera.
Su mirada me encuentra y sus ojos le brillan al verme. Me da un beso en la frente y me dice lo orgulloso que está. Tomo de su brazo y los dos salimos camino al jardín donde se realizará la ceremonia.
Al acercarme al altar veo a Ryan con los ojos llorosos y la nariz un poco roja. Mi padre me entrega y le dice que cuide de su tesoro más preciado ya que si no, se las vera con él.
Miro a Ryan y nuestras miradas se unen y le dedicó una sonrisa, quisiera besarlo pero me contengo hasta que sea el momento.
-Ahora bien, demos por iniciada está boda.—El oficiante habla y todos los invitados hacen silencio—.
El discurso de bodas empieza yo solo veo a mi prometido y contempló lo hermoso que se ve con su traje a medida, sus brazos y su espalda resaltan por el ejercicio que hace. Su cabello brilla con la luz del sol que le cubre, y sus ojos están fijos mirando al oficiante.
