42. Sincero

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Domingo 21 de septiembre 2025, al otro día

Después de tratar de despertar por al menos 5 minutos, levantó la cabeza algo aturdido para mirar a su alrededor y darse cuenta que la habitación tenía una lámpara encendida, que afuera el sol estaba escondido, que en el cielo solo quedaban algunos trazos muy leves de cielo celeste, por lo que ya se divisaban algunas estrellas.

Apoyó la cabeza una vez más en la almohada y se quedó así, observando el lugar que aquel hombre ocupó cuando decidió ayer que abrazarlo era la mejor manera de poder contener su angustia. No se había equivocado, mierda, realmente no lo había hecho porque de no haber sido por Jongho, habría estado toda la noche llorando por la pérdida de su amado pequeño.

Cerró los ojos por un par de segundos, tenía imágenes borrosas de lo que pasaron en esas horas.

Cuando despertó unos minutos se vio abrazándolo por la cintura y descansando su rostro contra el cuello de este, pero en otra ocasión cuando abrió los ojos, tenía la frente unida a la de él casi con sus labios rozándose solo que Jongho estaba profundamente dormido.

Y a pesar de que no tenía derecho a sentirlo, ahora se sentía aún más vacío con su ausencia.

Sabía que era día domingo, que estuvo durmiendo prácticamente 20 horas seguidas y que si se lo proponía podía dormir mucho más ¿Quién tendría ganas de vivir cuando una motivación importante se fue en sus propios brazos?

Sostuvo su teléfono que descansaba boca abajo en el mueble y se dirigió a Twitter. Probablemente el resto de los días iba a ser incapaz de poner un pie fuera de la cama así que tenía que dar luces de lo que había sucedido.

 Probablemente el resto de los días iba a ser incapaz de poner un pie fuera de la cama así que tenía que dar luces de lo que había sucedido

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Sostuvo su teléfono así un poco más, no podía desprender sus ojos de las dos fotografías que había subido. Cada segundo su garganta se estrechaba más, cada segundo su corazón latía más descoordinado y cuando susurró su nombre las lágrimas salieron instantáneamente en un tono de voz roto, difícil, doloroso.

Ramsés había sido muy pequeño cuando lo encontraron y bastó un par de segundos para enamorarse de su mirada, sus maullidos, la forma juguetona con la que se perseguía la cola hasta chocar contra una pared, las veces que se quedaba dormido en su nuca mientras escribía algunos párrafos de una novela. También todas esas veces que en Alemania deseó mandar todo a la mierda como escritor, todas esas veces en las que quería correr de vuelta a Corea para decirle la verdad a las personas que dejó atrás.

Ramsés se convirtió en su pequeño confidente, en un gato con una personalidad melosa, en la atracción de la noche cuando se reunía con Hongjoong y Wooyoung a jugar cartas o beber, era un fanático de Jongho.

- No me enseñaste a vivir sin ti.

No quería que lo tacharan de demente, pero apenas ayer toda la odisea de querer que se recuperara había terminado, ahora tenía que aprender a vivir con su ausencia y a llorar cuando quisiera hacerlo porque contenerse no iba a solucionar nada.

Sexual Writer [2ho]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora