1. Dolor

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Ver como pasan el tiempo juntos es algo tan inocente, tan puro así como todo en su bella relación.

Pero ¿qué se supone que haría Will con su pobre corazón roto?

Sentir como cada pedazo de su corazón se encajaba en cada parte de su ser, de su alma destruyéndose por completo era doloroso. Un sentimiento nada bello comparado con aquello que los otros dos compartían y que él tanto quería.

Dolor. Esa era la palabra cada que los veía besarse, cada que se tomaban de las manos, cada que veía como todo lo que él quería era dado a alguien más, como el más grande amor de su vida estaba en brazos de otra persona.

Él jamás admitiría sus sentimientos pues había que ser una persona demasiado cruel para destruir todo lo que su mejor amigo y su ahora hermana en todo este tiempo llevaban construyendo, no se sentía capaz. No sería capaz.

Aceptaba las salidas con ellos solo para ver aquellas muestras de amor y afecto queriendo así desilusionar a su pobre corazón herido y de una vez por todas olvidar al chico que robo su corazón.

Aunque todo aquello fuera imposible, pues aquel bello chico de cabellos risados era completo dueño de su vida, de su alma y de su ser aún sin él tenerlo presente.

- Vamos Will, ¿de verdad no quieres ir esta vez? - el risado parecía un poco desilusionado ante la negativa del contrario pero aún así necesitaba saber el motivo del por qué su mejor amigo, que siempre aceptaba ir, está vez no quería ser participe de su salida.

- No lo sé - "lo sabes" - esta vez no tengo ganas de salir eso es todo. - "mentiroso" - Tal vez a la próxima. - Todos los fines de semana los chicos se reunían en la pista de patinaje, pasaban el rato ahí y luego de eso iban a comer en la pizzeria nueva que, a palabras de Max, ofrecía las mejores pizzas de todo ese pueblucho sin vida, cosa que no era mentira.

Will se estaba cansando siempre de lo mismo, y no es que no agradeciera los momentos tan agradables con sus amigos, se estaba cansando de siempre ver a Ce y Mike yéndose de la mano a quien sabe donde solo para después descubrir que estaba comiéndose a besos en algún lugar alejado de los demás, motivo del rechazo ante las recientes peticiones insistentes de su amigo al querer convencerle de ir.

No estaba molesto, no habría razón del por qué, pero su corazón estaba lo suficientemente dañado y adolorido como para seguir soportando más interacciones de ese tipo, sabia que poco a poco lograrían acabarlo, y él necesitaba descansar, descansar su pequeño corazón lastimado.

- Vamos Will, por favor - continuó insistiendo el pecoso tomando la mano del más bajo en el proceso - prometo estar contigo en todo momento. - jaloneo un poco el brazo contrario siendo una acción un poco molesta para el de ojos verdes.

- No, Mike, entiende - retiro su brazo con brusquedad sin ser consciente a la reacción que causaría en su mejor amigo.

Algo molesto el rizado se levantó de la cama mirando fijamente a Will que aún se encontraba sentado.

- Bien, si no quieres ir esta bien - comenzó a caminar hacia la salida - con decir que no querías pasar tiempo con nosotros estaba bien - salió de la habitación dando por terminada la conversación cerrando la puerta de forma brusca y yéndose a los segundos con una expresión molesta.

Will estaba sin palabras, no lo podía creer, aquella reacción era impropia del contrario cosa que le sorprendió mucho, no lo esperaba.

"Esta bien, supongo que esto merezco."

Suspiro tirándose por completo en la cama, cerrando sus ojos y disfrutando de la ligera fragancia masculina que aquél pecoso había dejado en la habitación. Odiaba sentirse así, culpable, solo. Pero eran sentimientos que merecía tener, nadie le manda a seguir enamorado del novio de su hermanastra y que por culpa de ello se alejé de los demás.

Comenzaba a acostumbrarse a todo eso, empezaba a dejar de importarle.

Vaya vida de mentiras.



¿Continuará?

Byler; Made For LoveDonde viven las historias. Descúbrelo ahora